Las medidas de refuerzo de la seguridad que la Xunta empezó a tomar ayer en el "embudo" entre el final de la parte abierta de la autovía y la zona en obras, vienen motivadas por los accidentes que se registraron en los primeros tres días de apertura del tramo. Ayer la Guardia Civil de Tráfico confirmó que entre la tarde del viernes y la del domingo se contabilizaron tres siniestros. Además, en dos de ellos los conductores implicados dieron positivo en las pruebas de control de alcoholemia a las que fueron sometidos posteriormente.

El siniestro del viernes fue un alcance leve y el del sábado fue un accidente también sin gravedad. Peor fue el ocurrido el domingo, en el que el conductor resultó herido de gravedad y fue trasladado a un centro hospitalario. Los positivos por alcoholemia se habrían detectado el sábado y el domingo.

Tras el tercer siniestro el Concello y técnicos de la obra pactaron una reunión celebrada la misma mañana del lunes y en la que se aclararon ya las medidas a adoptar para minimizar los riesgos. De todas formas, desde la Xunta aseguraron que la señalización dispuesta en un principio se realizó con todos los avales de los ingenieros y la zona de transición fue probada con un camión a mayor velocidad de lo permitido, pues en este tramo los vehículos están obligados a circular a un máximo de 40 kilómetros por hora.