El decreto 99/2005 del 21 de abril de 2005 convirtió a Galicia en uno de los territorios de referencia a la hora de regular el uso y la formación de los desfibriladores por parte de personal no médico. Con aquel decreto estos dispositivos pasaron a incorporarse, entre otros ámbitos, a todas las ambulancias de soporte vital básico y no solo a las medicalizadas. No obstante, desde el ámbito de las urgencias creen que la comunidad se ha quedado algo descolgada con la nueva normativa de 2017. "Tiene muchas cosas positivas, pero mientras en territorios como Madrid, Andalucía o Euskadi la instalación de desfibriladores en ámbitos con grandes aglomeraciones o tránsito de personas es algo obligatorio, en Galicia es solo recomendable. También debería ser obligatorio porque por simple estadística es más probable que ocurra una urgencia donde hay más concentración de gente", explican.

Las estadísticas también revelan que en España cada 20 minutos hay una emergencia relacionada con una para cardiorrespiratoria. "A veces la gente piensa que la posibilidad de que le pase esto es muy remota y no es así. Lo que ocurre es que solo el 20% de los casos suceden en el ámbito público. Hay una estadística muy reveladora: una de cada 250 personas tiene la posibilidad de sufrir un episodio cardíaco. Eso sin tener ningún factor de riesgo porque si se es fumador, hipertenso o se tiene el colestrol alto las probabilidades se disparan", ilustran.