"Es muy pronto para sacar conclusiones, pero la verdad es que algo está pasando". Éste es más o menos el sentimiento entre la flota de naseiros del pulpo, resumido a la perfección por el patrón mayor de Bueu, José Manuel Rosas. La nueva campaña del pulpo se abrió hace un mes y ya es posible realizar una primera valoración. Los datos revelan que se ha producido un fuerte descenso en el número de capturas del cefalópodo con respecto al mismo periodo de 2016. Todo ello a pesar de que en los primeros días las expectativas parecían muy buenas ya que los barcos prácticamente no tenían problema para completar los cupos asignados. Esta situación ha cambiado con el transcurso de las semanas y después del primer mes de trabajo se puede constatar que se han pescado 36.200 kilos menos que en la apertura de 2016 y la facturación ha caído en más de 100.000 euros.

Ese "algo está pasando" al que alude el patrón mayor de Bueu no se refiere solo al descenso en las capturas, sino a un fenómeno que están observando los marineros. "Lo normal es que las hembras del pulpo estén ovadas durante los meses de febrero, marzo y abril. Pero este año la flota está encontrando muchas hembras ovadas, que están devolviendo al mar", explica. La parte positiva es que esto podría indicar que habrá recurso en los próximos meses, pero sorprende ese cambio en el ciclo reproductivo del cefalópodo.

La evolución de este primer mes de campaña en la lonja de Bueu es más que significativa. El primer día se subastaron 3.574 kilos de pulpo, el segundo 3.512, el tercero 3.446, el cuarto 3.322, el quinto 2.927, el sexto 2.807 y el séptimo 2.276. Unas cifras que revelan una progresiva disminución que se hace mucho más acusada a partir del 12 de julio. Desde ese día no se ha vuelto a llegar al umbral de los 2.000 kilos -hubo una semana en la que las descargas oscilaron entre 1.484 y 1.718 kilos- y la mengua de ha acentuado entre finales de julio y principios de agosto. El 24 de julio fue la última vez que se superaron los 1.000 kilos en descargas. Desde entonces, la mayoría de jornadas oscilan entre los 500 y 700 kilos, aunque hubo días de poco más de 100 kilos, según revelan los registros.

Así, si en el primer mes de la campaña de 2016 en Bueu se subastaron más de 52.000 kilos de cefalópodo, este año no se ha llegado a los 39.000 kilos. La tendencia, con cifras más modestas, es igual en Cangas y Aldán-O Hío. La cofradía San Xosé de Cangas colocó en la apertura de la temporada del año pasado 25.736 kilos con una facturación de 170.372 euros, mientras que en el arranque de este año son 7.836 kilos y 68.620 euros. En Aldán-O Hío 2016 comenzó con 11.434 kilos y 74.900 euros de facturación y la temporada de 2017 ofrece de momento 6.600 kilos y 57.700 euros.

"No se puede negar que es un inicio muy flojo, pero es necesario esperar y ver qué pasa durante este mes", dice José Manuel Rosas. El patrón mayor de Bueu recuerda que tradicionalmente los meses del verano no son los mejores para el pulpo. De hecho, para preservar la especie el plan de explotación aprobado por la Consellería do Mar establece durante estos meses unos topes de captura diferenciados con respecto al resto del año: 30 kilos por barco y otros 30 kilos por tripulante enrolado a bordo frente a los 50 kilos por barco y otros 50 por marinero a bordo del resto de la temporada. Los límites de los 30 kilos estaban vigentes entre julio y septiembre, aunque en 2017 la consellería aceptó que a partir de septiembre se comenzase con los topes de 50 kilos diarios.

"Es cierto que los meses del verano no son los mejores, pero creo que no debemos excusarnos en esto. La anterior campaña fue muy buena, el inicio fue bueno y luego se mantuvo durante el resto de la temporada", afirma José Manuel Rosas, que considera que las próximas semanas serán clave para saber por donde irán los tiros este año. O más bien, por donde irán los pulpos.