La concejala de Medio Ambiente de Cangas, Tania Castro, ya había manifestado que el tratamiento contra el picudo era muy caro, en torno a los 300 euros por palmera y, además sin plenas garantías.

El tratamiento que hay en la actualidad es más una terapia, asegura Adolfo Abraldes, gerente de la empresa que ayer taló las palmeras. Dice que incluye insecticida y nutrientes para fortalecer la palmera ante el ataque del picudo, pero en muchos casos sólo la hace revivir al principio pero muchas quedan tocadas de muerte.

Asegura que el picudo tiene su origen en el sur de Asia, aunque a España llegó a través de palmeras infectadas procedentes de Egipto. Lo hizo por la zona de Levante -en donde existen las grandes plantaciones de palmeras- y la plaga se combate con nemátodos (parásitos muy pequeños), un hongo e insecticida, alternando cada uno de ellos mediante un sistema de duchas.

Adolfo Abraldes es un forestal que compagina su trabajo en esta empresa con su afición como trepador de árboles, con la que compite y ya logró un tercer puesto en el campeonato de España y acudió en dos ocasiones al Europeo. La última vez fue este pasado año en las pruebas que se disputaron en Praga en el que quedó en un merecido trigésimo puesto. La anterior fue en Viena en 2014 y en 2015 se quedó a las puertas al quedar quinto en el Campeonato de España.