Los negocios de los Massó no se circunscribían solo a la salazón y conserva. Al igual que otros empresarios del sector ejercían también como banqueros privados, concediendo créditos a familias, trabajadores o incluso a otros salazoneros. La profesora Muñoz Abeledo también hace constar otro rasgo de los fomentadores que llegaron a Bueu y Galicia durante los siglos XVII y XIX. Las relaciones empresariales tuvieron continuidad con relaciones matrimoniales como "estrategia de aumento patrimonial", en una suerte de endogamia. Rara vez antes de la tercera generación, tal como señala la profesora de la USC, emparentaban con gallegos.

Los estudios apuntan normalmente que, en las empresas de carácter familiar, es precisamente en la tercera generación cuando se registra su declive. No fue el caso de Massó, sino más bien lo contrario. Dos de los hijos de Gaspar Massó Ferrer fueron Gaspar y José María Massó García. Con ellos se construyó la nueva fábrica de Bueu, el complejo de Cangas y Massó Hermanos llegó a la cumbre.