Vientos de más de cien kilómetros en un espacio de tiempo que no superó las tres horas volvieron a poner patas arriba al Morrazo. Contenedores desplazados, garajes inundados, muros y postes tirados es el panorama que dejó este vendaval inesperado. Se preveían lluvias, pero no un viento tan fuerte. El suceso más grave fue el que tuvo lugar en el campo de O Morrazo, cuya grada está en construcción, cuando los juveniles jugaban un partido. El viento provocó el efecto vela en la red que impide que los balones salgan para fuera del estadio, sujeta a un muro que aún quedaba en pie del derribo de las gradas. El golpe de viento fue tal que hizo que la vela arrastrara el muro y con él la puerta por la que entran los vehículos al estadio de fútbol. En A Choupana cayó un poste de teléfono a la carretera y Protección Civil tuvo que intervenir al igual para retirar un cartel publicitario en la avenida Castroviejo. Aparecieron contenedores tirados en la avenida de A Coruña y avenida de Vigo; en Aldán una farola cayó sobre un portal y tuvieron que intervenir los electricistas municipales. Los bomberos retiraron de un ático de calle Atranco un toldo y en Bueu se inundó un garaje en la calle Johan Carballeira. El transporte de ría entre Cangas y Vigo estuvo interrumpido entre las 14.00 y las 19.00 horas.