Menos mal que la organización tuvo reflejos suficientes como para trasladar el acto del pregón del Entroido de Cangas al pabellón de Reibón y a una hora en la que ya no caían chuzos de punta. En la carpa hubiese sido un desastre.

Pero parece que justo cuando se acercaba la hora de la trangallada el viento amainaba y la lluvia contemporizaba. Era la tregua esperada para que salieran de casa y de los bares y cafeterías las comparsas para dirigirse al pabellón de Reibón, donde ya había gente en las gradas y muchas máscaras creando ambiente, dando calor a un día frío, lluvioso, pero también típico del carnaval gallego, muy alejado del caluroso carnaval de Río.

Celso Parada se empeñó en festejar al vino. Habló del vino de furancho, de la economía del vino, de que Rajoy no bebe vino y tampoco sabe de economía. "Pódese escribir: carallo, pro entroido, hai que traer viño... Pódese escribir Moaña sen viño. Pero se Moaña está sen viño é mellor escribir so viño. Estou ata o carallo!!! así que vou falarvos de auga. Non podía escoller mellor día".

Y mientras el actor se esforzaba por ser escuchado, las comparsas calentaban dentro del pabellón. Allí se miraban unas a otras, algunas sorprendiéndose con el disfraz que habían escogido las demás.

"Os Calcarrúas" iban de "Principitos" y la comparsa femenina D'elas asumían gratamente el papel de domadoras, guapas y peligrosas, según reconocían; Animodo optó por recordar a Michael Jackson y Follas Novas eligió la elegancia cruel de Cruella Deville, de los 101 dálmatas. Tarde Mal e Arrastro ejercía de Willy Wonka y Os que faltaban además de disfrazarse se resguardaban del frío vestidos del gato Garfield. Nosa Terra eligió la imagen del mítico sombrero loco de Alicia en el país de las maravillas y Sin tempo non era iba a los buzzlighteyear. Cada un que se safe se vistió de vagabundos y puso la nota de crítica social, como harían después los Lobojaitas, vestidos de "ratos" de Bankia. Vai Quedando se disfrazó de diosa hindú.