La ofensiva del sector bateeiro contra el anteproyecto de Lei de Acuicultura que promueve la Xunta de Galicia no ha hecho más que comenzar. De manera inminente se empezarán a presentar mociones en 33 concellos del litoral para exigir la retirada de la norma y ya se empieza a vislumbrar una manifestación en Santiago junto a otros colectivos del mar, que se espera sea multitudinaria. Ese rechazo se pudo palpar ayer en O Morrazo, en una reunión informativa celebrada en Bueu en la que los presentes manifestaron de manera prácticamente unánime su oposición frontal a una norma que levanta muchos recelos y suspicacias.

Ese encuentro fue en en Centro Social do Mar buenense y contó con la presencia de entre 80 y 100 bateeiros de las rías de Pontevedra, Vigo y Arousa, que a su vez estaban integrados en distintas agrupaciones. El sentir unánime expresado en la intervenciones y preguntas formuladas fue un contundente rechazo hacia un texto que entienden ambiguo y que deja demasiadas puertas abiertas. "Algo malo tendrá este anteproyecto cuando todos los sectores vinculados al trabajo en el mar, como bateeiros, cofradías y marisqueo están en contra", afirmó el presidente-gerente de Cons de Udra, Amador Mallo, que fue quien expuso los puntos más relevantes de la ley. Aunque afirmó hablar a título personal, lo cierto es que su posición está avalada por ser el responsable de una de las asociaciones mejilloneras más importantes y presidente de la recientemente constituida Asociación Mejillonera de Galicia (Amegal), que agrupa a más de 1.200 bateas.

Las inquietudes expresadas acerca de la nueva ley abarcan aspectos como su carácter eminentemente técnico, "eso la hace oscura y sujeta a dobles interpretaciones posteriores"; arbitraria, porque "deja todo en manos de la Administración", que se reserva la facultad de "caducar" la concesión de una batea ante una infracción muy grave; o la obligación de colocar un localizador en cada balandro para que se pueda seguir en todo momento su rumbo y saber dónde está. "Somos trabajadores, no delincuentes", se escuchó.

El temor a las jaulas

Una de las preguntas más repetidas se refería al temor del sector a que se permita la instalación de jaulas de cría y engorde de pescado en medio de los polígonos de mejillón. "Es verdad que en el anteproyecto no se dice nada de eso, pero tampoco se descarta de manera taxativa y contundente", critican los mejilloneros. "No soy poseedor de la verdad absoluta, pero estoy completamente convencido de que esta ley es claramente perjudicial y contraproducente para el sector", apuntó el propio Mallo.

La exigencia más clara y contundente expresada ayer pasa por la retirada de este anteproyecto de ley y que se empiece a redactar uno nuevo, partiendo de cero y en el que desde el primer momento se cuente con la voz de los estamentos más directamente afectados. "No se contó para nada con ninguno y la Xunta debería preguntarse si merece la pena poner en riesgo el futuro de sectores tan consolidados como el bateeiro, marisquero y la pesca de bajura", sentencian.

Durante las intervenciones se alternaron preguntas; propuestas como la de convocar una manifestación, pero con los barcos y en el mar; y críticas a la gestión de la consellería. "Hace unos días la conselleira decía que consideraba una inocentada que estuviésemos en contra de este anteproyecto; eso es una completa falta de respeto", se quejaba una de las personas presentes. Otra preguntaba "qué es lo que hay que hacer ahora" y la respuesta que le llegó fue clara y contundente: "Lo que haga falta para que este anteproyecto vaya abajo".