Dos años y medio después de su colocación en la ría de Aldán no se puede decir que los resultados de la batea depuradora de moluscos hayan sido los esperados. Durante 2012 funcionó con regularidad y con éxito, en 2013 apenas tuvo carga de trabajo y en lo que va de 2014 no se ha puesto en funcionamiento ni una sola vez. Los culpables son los frecuentes y prolongados episodios de toxina o marea roja que se ceban con las rías de Pontevedra y Aldán. A las mariscadoras de Placeres de poco les vale llevar allí la producción de almeja de sus bancos de marisqueo para depurar la presencia de fecales si durante su "visita" a Aldán el producto se ve perjudicado por las mismas toxinas que afectan al mejillón, unas toxinas que se encuentran en el fitoplacton del que se alimentan los moluscos.

La Consellería do Mar colocó a finales de 2011 dos de estas bateas de "reinstalación" en la costa gallega: una en la ría de Ferrol, con pocos resultados, y otra en Aldán, que sí funciona pero que tiene este inconveniente. Esta situación es frustrante para las dos cofradías afectadas, Aldán y Lourizán. Las mariscadoras de Pontevedra ven como la principal y más rápida de las alternativas para llevar al mercado la producción de los bancos de Placeres, calificados como Zona C, no está funcionando como se deseaba. Y las mariscadoras de Aldán se quedan sin la ayuda económica que les reportaban estos traslados. Ellas eran las encargadas de seleccionar y escoger el producto que salía de la batea depuradora y percibían unos 50 euros por cada jornada de trabajo.

"A ría de Aldán é Zona A e é moi boa, pero tamén é un sitio moi delicado por culpa das toxinas. Nós non podemos levar alí as caixas de ameixa e que nos queden paralizadas por un episodio de toxina", explica la patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez Nores. Ante esa situación ya se vieron el año pasado, cuando a los pocos días de llevar varios miles de kilos de marisco la ría de Aldán cerró por culpa de la marea roja. "Tivemos que falar co Intecmar, que autorizou a retirada da ameixa para volver a sembrala nas nosas zonas", apunta Vázquez Nores. En caso contrario ese molusco acabaría muriendo en las jaulas de la batea depuradora de Aldán y las pérdidas aún serían mayores para las mariscadoras.

Este mismo 2014 estuvo a punto de ocurrir algo muy parecido. A principios de abril estaba previsto un traslado a Aldán, pero tuvo que abortarse en el último momento por el repunte de las toxinas, que tuvieron cerrados hasta hace unos días los polígonos mejilloneros de la ría canguesa.

El sistema en realidad funciona, tal como reconoce el patrón mayor de Aldán, Juan Manuel Gregorio. "O primeiro ano traíanse 8.000 ou 10.000 kilos de ameixa e en dez ou onde días ese marisco estaba completamente limpo e listo para vender. O sistema funcionaba e a mortandade da ameixa era moi pequena", manifiesta. Pero reconoce que la ría de Aldán también tiene otra cara, puesto que es una de las más afectadas por las mareas rojas.

La desilusión también tiene otra razón de ser. La ría de Aldán es Zona A, lo que significa que el marisco, una vez que pasa por un centro de expedición en lonja, se puede vender directamente sin tener que ir a la depuradora. Eso se suponía que iba a servir para darle un valor añadido a esa almeja de Placeres y aumentar el precio de venta, pero esa previsión tampoco se ha cumplido, tal como reconoce con resignación la patrona mayor pontevedresa.

Ante este panorama las mariscadoras de Lourizán siguen trabajando en los bancos de su ámbito que tienen la calificación de Zona B [el producto necesita pasar por depuradora] y sembraron en una parte de ese lugar producción procedente de la Zona C. "Temos que deixala alí polo menos dous meses para que depure e non podemos traballar nada nese sitio, o cal implica un sobreesforzo no resto da Zona B na que si podemos mariscar", lamenta María del Carmen Vázquez. Además este año los episodios de toxina se han cebado no sólo con el mejillón, sino también con los moluscos infaunales como la almeja y el berberecho. En la ría de Pontevedra el sector del marisqueo estuvo sin trabajar desde abril hasta finales de junio, primero por la veda y luego por la incidencia de la toxina.

Esperanzas para las mariscadoras locales

La actividad del marisqueo en la ría de Aldán ha ido languideciendo durante los últimos años y de las 60 mariscadoras que llegó a haber en las épocas buenas se pasó a un grupo se solamente siete mujeres. Una de las razones de ese pronunciado declive está en el deterioro de los bancos marisqueros y ahora la cofradía y las mariscadoras tienen ciertas esperanzas de futuro. "Entre setembro e outubro do ano pasado fíxose un gran traballo para allanar e labrar toda a praia de San Cibran, abríndose zanxas de entre 80 e 90 centímetros", explica Gregorio. El objetivo era retirar los barros y lodos procedentes de las riadas y de obras como las del Corredor do Morrazo, unos materiales que impedían la oxigenación de los bancos marisqueros y la cría de la almeja. Las mariscadoras están realizando un seguimiento a la siembra que se hizo después de esos trabajos y las perspectivas parecen buenas. "Os resultados deberían empezar a verse a partir de setembro", apunta el patrón mayor de Aldán.