Los interventores de Cangas, Moaña y Bueu mantuvieron ayer la primera reunión con los técnicos económicos de la Mancomunidade do Morrazo. Sobre la mesa un único asunto: el nuevo plan de pagos estatal y la necesidad de elaborar un plan de ajuste para poder acogerse al mismo. La deuda estimada se acerca a los 10 millones de euros, pero eso también dependerá de las empresas que soliciten acogerse a este proceso y cuyo plazo expira el 22 de marzo. En el caso de la Mancomunidade los acreedores principales son tres: Sogama, Isolux y FCC.

Una de las dudas que surgió en la reunión y que tratarán de que el Ministerio de Hacienda la resuelva está relacionada precisamente con la empresa FCC Los técnicos entienden, por lo menos desde Cangas, que el hecho de que haya una sentencia favorable a la empresa no supone el pago íntegro del dinero que reclamó judicialmente más los intereses. Señalan que el decreto del segundo plan de pagos a proveedores señala que hay FCC tiene que renunciar a los intereses si quiere entrar dentro de este plan de pagos. No hay que olvidar que por sentencia la Mancomunidad de Municipios de O Morrazo debe 700.000 euros a esta empresa, más los intereses, que pueden llegar a 500.000 euros.

Uno de los puntos que se abordó ayer fue el cómo se reparte esa deuda, especialmente la de Sogama, que se acerca a los 7 millones de euros. El único ayuntamiento que ha hecho aportaciones regulares durante los últimos años a la Mancomunidade para hacer frente al canon de la empresa pública es Bueu y sus responsables pretenden que esto se tenga en cuenta.

El plan de ajuste para hacer frente al plan de pagos debe remitirse al Ministerio de Hacienda antes del 15 de abril y previamente debe ser aprobado por la asamblea de la Mancomunidade. En el caso de que el máximo órgano de decisión tumbe la propuesta o que directamente los Concellos se vean incapaces de cumplir ese plan de ajuste, como dejó entrever Moaña hace unos días, sólo habría una alternativa: el Gobierno central pasaría a retener la mitad de la participación de cada ayuntamiento en los tributos del Estado.

En Moaña hay miedo a que saldar la deuda de la Mancomunidad de Municipios ponga el riesgo el salario de los trabajadores municipales, porque supondrá hacer frente a otro crédito.