Yasmina Calvar Martínez salió ayer, como todas las mañanas, de su casa en el barrio de Nores, en la parroquia de San Adrián de Cobres, en Vilaboa, para dirigirse por el Corredor do Morrazo a su trabajo en Cangas, en donde cuidaba a dos niños pequeños. En su Peugeot 205 de color rojo 9542 BFS, no faltaban las dos sillas para los pequeños que, según los vecinos, llevaba al colegio. Eran las 8 de la mañana. Su vecino José Luis Poceiro, que realiza hasta cuatro veces al día el trayecto del corredor entre Vilaboa y Cangas para ir al mercado a comprar los productos para su restaurante, solía encontrarse con ella en esta carretera. Ayer no entraron uno detrás del otro en el corredor, que el propio Poceiro califica de "trampa mortal", pero pasó por el accidente, en el tramo de Domaio, en Moaña, y "me quedé con el cuerpo temblando al ver el coche rojo por si fuera el de ella", como así confirmó con tristeza. Asegura que ella siempre circulaba muy despacio, era responsable y muy buena chica, por lo que cree que algo le debió de pasar, o un mareo o un despiste, para invadir el carril contrario y colisionar con el coche que circulaba de frente en donde encontró la muerte. La conductora del otro turismo, un Renault Megane familiar, Ana Juncal Blanco, de 40 años y vecina de Broullón, en Moaña, resultó solo herida con contusiones y ayer por la tarde ya estaba de nuevo en su casa tras ser atendida en un hospital en Vigo.

Yasmina Calvar, de 20 años, se convirtió ayer en la décima víctima mortal del Corredor do Morrazo, que ya se había cobrado la vida de 9 personas desde su apertura en 2006, 7 de ellas de golpe en los seis primeros meses de 2010, entre ellas un bebé. Desde mayo del año pasado no se habían vuelto a registrar muertes hasta ayer aunque nunca ha dejado de estar latente el clamor popular para mejorar la seguridad en esta carretera.

Fallecida en el acto

La joven entró en el corredor (CG-4.1) a las 8 de la mañana por la rotonda de Domaio (Moaña) y en el kilómetro uno, tras la salida del túnel de Montealegre, en dirección a Cangas y en un tramo de sentido ascendente, uno de los pocos con doble carril de adelantamiento de esta carretera, invadió la calzada contraria y colisionó contra el Renault Megane. Los servicios de urgencias ya nada pudieron hacer por la vida de Yasmina Calvar, que pereció en el acto. Cuando llegaron los primeros auxilios ya no tenía signos vitales. Por suerte, Ana Juncal pudo salir del vehículo por su propio pie. La vecina de Moaña circulaba en sentido a Vigo para ir a recoger a su marido al aeropuerto de Peinador. Todavía era muy de noche y aseguró que de repente se encontró con unas luces de un coche que se le vino encima, ni podía recordar si le dio tiempo a pisar o no el freno, solo sintió el golpe. Su marido Ricardo M., después de ver el estado en el que quedaron los coches, podía asegurar, como su mujer decía, que había "vuelto a nacer".

Yasmina Calvar no tuvo esa suerte. Su fallecimiento vuelve a reabrir el clamor social de que se ejecute la obra del desdoblamiento en autovía de este vial, denominado técnicamente CG-4.1,para mejorar su seguridad, y que la Xunta tramita desde 2010.

La joven será enterrada hoy. Los actos fúnebres comenzarán a las 16.45 horas con el traslado del cadáver desde el tanatorio a la iglesia parroquial de San Adrián de Cobres, donde a las 17.30 se celebrará el funeral de cuerpo presente y seguidamente la incineración en la intimidad familiar.

El padre lo escuchó la radio

El padre de la joven trabajaba en una obra en Vilaboa en el momento del accidente y las personas que estaban con él aseguran que escuchó la noticia del accidente por la radio. A los pocos minutos recibió una llamada y sin confirmarle el fatal desenlace, él abandonó su puesto de trabajo con el presagio de que la víctima había sido su hija. Todos en la empresa, según asegura su responsable Cándido Rosendo, que es concejal en Vilaboa, sintieron enormemente la tragedia porque se trata de una familia muy querida en San Adrián de Cobres.

Tanto el alcalde de Vilaboa, José Luis Poceiro Martínez, como el de Moaña, José Fervenza, estuvieron en contacto. Poceiro permaneció ayer por la tarde con la familia y le transmitió las condolencias del Concello de Moaña, tal y como le pidió que hiciera el regidor de Moaña.