Tiene la suerte de trabajar en lo que más le gusta y, además, en uno de los lugares del mundo más idóneos para ello. El silledense Brais Frade trabaja en la ciudad italiana de Bolonia formando parte de la plantilla de la cadena NH ejerciendo como organizador de eventos en sus dos establecimientos.

-¿Desde cuándo trabaja en la ciudad italiana de Bolonia?

-Llevo aquí desde mitad de febrero pasado. Yo estudié en el CIFP Manuel Antonio de Vigo para dirección de restaurantes y hoteles e hice las prácticas en Bolonia. Me volví para casa al acabar pero tengo que reconocer que echaba de menos estar aquí y me ofrecieron volver para trabajar con la cadena NH, y al final fue por eso por lo que me decidí. Lo que hago es dedicarme a la sección de restaurante y eventos de los dos hoteles que la cadena hotelera tiene en Bolonia.

-¿Qué fue lo que le enganchó de Italia para volver tan rápido?

-Es difícil de explicar. Cuando hice las prácticas estuve sólo tres meses y cuando me fui tuve la sensación de que me quedaba algo por vivir. Siempre digo que para que uno se sienta a gusto donde vive tienen que cumplirse tres factores importantísimos, que son la comida, el tiempo y la gente. Italia cubre esos aspectos de manera genial porque se come muy bien, la gentes me gusta porque son encantadores y el clima mediterráneo es muy distinto al nuestro en Galicia. Es cierto que siempre se echa de menos estar en casa, pero esos factores que te digo son fundamentales para que me quedara aquí. Además, tengo una gran facilidad para poder conocer mucho mundo.

-¿Suele moverse mucho por lejos de su tierra de acogida?

-Te puedo de decir que ya estuve en nueve países diferentes. De hecho, la semana pasada volví de la República Checa donde estuve unos días por allí. Cogí unos vuelos cuatro días antes de marchar que me salieron muy baratos y para moverse es ideal porque viviendo en el norte de Italia todo lo tienes mucho más cerca que si viviera en otra parte del país. Procuro aprovechar los huecos que me deja el trabajo para poder hacer escapadas, que es algo que me gusta mucho.

-¿No me diga que le cuesta volver a casa en vacaciones?

-Estuve en Cortegada en agosto una semana. Sinceramente, podría haber estado más tiempo pero aproveché el tiempo para hacer algún viaje desde aquí en el mes de septiembre. Estuve en Estonia, Rusia, Finlandia y el resto del norte de Europa. De todas formas, en febrero en carnavales sí que tengo pensado ir a casa porque pienso que hay tiempo para todo un poco.

-¿Te gustaría poder cambiar de destino con el tiempo?

-Afortunadamente, hablo inglés, francés, italiano y portugués, algo que me va a facilitar el moverme por el mundo. Como te decía me gusta Italia por el modo de vida que tiene pero sí que es verdad que también me ofrecieron ya ir a otros países diferentes. Al trabajar en una cadena tan importante como NH es mucho más fácil trabajar en distintas partes del mundo. Me ofrecieron ir a Bélgica o sitios como Austria, que me parece un país muy atractivo y uno de los más avanzados a día de hoy en Europa. Incluso no hace mucho me dijeron de probar en los Estados Unidos pero eso me echa más para atrás porque preferiría madurar un poco más en mi profesión antes de hacerlo porque era una opción de ir ahora ya y yo no me veía preparado. Fue en octubre y noviembre pero ya digo que no veo aún en un sitio así trabajando. De todas formas, nunca se sabe porque evidentemente te sienes orgulloso de que te ofrezcan algo así. Son decisiones que hay que madurar mucho porque irse al otro lado del charco no es tan fácil como pueda parecer.

-¿Cómo es su vida lejos del hotel? ¿Le gusta mezclarse con los nativos y socializar con ellos?

-La verdad es que en el trabajo las principales lenguas que hablo son el inglés con la mayoría de la clientela, italiano con mis compañeros y español porque en Bolonia es fácil que haya muchos españoles asistiendo a conferencias y congresos que se organizan aquí. En el día a día, lejos de mi puesto de trabajo, tengo que decir que me suelo rodear de gente de casi todos los países del mundo porque Bolonia tiene la universidad más antigua de toda Italia y, por lo tanto, siempre hay mucha gente de todas partes del mundo estudiando. De todas formas, me considero una persona muy sociable y aquí tengo mis amigos italianos con los que salgo, pero también de otros sitios. No hace mucho organicé una comida en casa a la que vino gente de Grecia, Francia, Alemania, Holanda, Argentina en incluso Brasil. Siempre estoy rodeado de personas procedentes de distintos continentes, que es realmente lo que me parece más increíble de esta experiencia. Está claro que lo fácil es conocer gente española, pero ya que estás en un lugar como Bolonia lo normal es que te cruces con gente de todo el mundo que te invita a su casa.

-¿Y gallegos?

-La verdad es que gallegos por aquí no conozco a muchos. Sí me tengo encontrado con alguno que está de Erasmus en la universidad pero no te creas que muchos. Tengo entendido que donde hay más gallegos es en Milán, pero la verdad es que por aquí no hay muchos. l

-¿Su trabajo le permite compaginar su afición por tocar el saxo?

-Toco en la Banda de Silleda pero evidentemente en esta época que estoy pasando en Bolonia es muy difícil tocar. Como digo siempre yo soy saxo tenor en la banda aunque esté tan lejos de casa y que no pueda ir allá tan a menudo. Aquí es muy complicado buscar un hueco para tocar el saxo porque suelo estar muy ocupado con el trabajo. Carezco de ese tiempo físico necesario que hay que tener para poder dedicárselo a la música. Italia es un paraíso del arte y la cultura y prefiero invertir el tiempo libre que tengo para viajar hasta Roma o Florencia para aprender un poco más de la historia de este país que es alucinante. También procuro hacer algo de deporte porque Bolonia es una ciudad ideal para correr por ser llana.

-Se le ve muy integrado en la capital de la Emilia-Romaña

-Es que ya te digo que es un lugar que me encanta y donde pienso que estoy viviendo una experiencia importante a todos los niveles. En el trabajo me siento muy valorado y adaptado, y en cuanto a la vida social esto es un punto de encuentro de personas procedentes de todas partes que hace que te enriquezcas muchísimo. No sé el tiempo que estaré aquí finalmente, pero sí tengo muy claro que lo aprovecharé al máximo porque es una oportunidad que no te suele aparecer muchas veces en la vida.