Sobre el que será su trazado no existe ni un solo metro de asfalto. Sin embargo, de pocas infraestructuras se ha hablado tanto en A Estrada como de la variante de la N-640 a su paso por la capital estradense. La situación ha llegado al extremo que uno tiene la sensación de estar hablando de uno de esos proyectos irrealizables, casi de una utopía. Y es que sobre esta circunvalación semeja pesar una maldición que la frena en seco cada vez que parece avanzar. Después de un paso adelante siempre llegan dos atrás. El último la hizo retroceder más de lo esperado y deseado hace tres años. Aunque se asegure labor política y administrativa, en la práctica la infraestructura está en punto muerto, pese a que en A Estrada existe el convencimiento compartido de que su construcción condiciona muchas acciones de futuro para el municipio.
El diciembre se cumplirán tres años desde que las prospecciones encargadas por el Ministerio de Fomento hicieron emerger la estructura defensiva del castro de Aguións, que permanecía oculta bajo los campos de cultivo colindantes. La intervención arqueológica se acordó para poder adoptar una determinación que ayude a salvaguardar estos restos y hacer compatible su hallazgo con la ejecución de la variante de A Estrada.
Estos trabajos tuvieron su razón de ser unos meses antes, cuando trascendió que un informe de Patrimonio de la Xunta de Galicia estimaba que no se habían respetado todas las alertas arqueológicas en lo referente a la afección de la circunvalación al castro situado en las inmediaciones del Pazo de Preguecido. La frenada en seco no se hizo aguardar y, con ella, el debate sobre el futuro de la variante, una cuestión que todavía continúa pendiente de resolver de forma rotunda.
Llegó después el momento de los estudios, las prospecciones y el desembarco de material en las fincas situadas en el entorno del castro de Aguións. Los primeros fueron en julio de 2016, permitiendo hallar restos de una segunda muralla en los predios colindantes. Estos resultados recomendaron un segundo proyecto arqueológico para profundizar en este hallazgo ligado a este asentamiento castreño, unos trabajos realizados en diciembre de ese mismo año.
El futuro de la variante se entendió entonces directamente ligado a los resultados de esta prospección. La decisión: variar la traza de la infraestructura, con todo lo que ello conlleva, o conservarla adoptando una solución que permita preservar los restos localizados. El denominador común: el proyecto se encarece y su ejecución se vuelve todavía más compleja.
Desde el Concello se argumentó que variar el trazado de la circunvalación de la N-640 comportaría, además de retrotraer toda la tramitación y volver a línea salida, el peligro de que la infraestructura terminase afectando a viviendas habitadas. La opción de construir un túnel comenzó a defenderse como la salida menos perjudicial o, al menos, la única que podría evitar volver a la casilla de salida y programar nuevas expropiaciones. En abril de 2018 se realizaron estudios para la construcción de este túnel, regresando las máquinas a Aguións.
Con el camino a seguir más o menos perfilado, la variante volvió a rizar el rizo. Desde el Gobierno se aseguró que las exigencia de Patrimonio de la Xunta en relación al castro de Aguións obligó a plantear una nueva declaración de impacto ambiental, tras haber caducado la realizada.
La subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba, indicó a comienzos de este mismo mes que el pasado verano se redactó este informe, siendo elevado a todas las administraciones implicadas. Dijo que ello permitirá "llevar adelante el proyecto respetando todas las catas arqueológicas que se hicieron en el castro de Aguións". En este mismo contexto, Larriba aseguró la intención de seguir trabajando "para hacer realidad este proyecto largamente esperado que es una prioridad para el Ministerio de Fomento". Esta es, habida cuenta del resultado de las últimas elecciones, una asignatura pendiente que deberá afrontar el próximo Gobierno.
