En las grandes ciudades españolas sacar el carné de conducir es una tarea complicada debido a a larga lista de espera para poderse examinar. Sin embargo, en las villas más pequeñas esto no ocurre y someterse a las pruebas es básicamente decisión de cada uno.

-¿Se nota el incremento de alumnado durante el verano?

-En las localidades pequeñas sí que repunta muchísimo, porque en las ciudades más grandes también aumenta, pero es más estable. En cambio, en las villas pequeñas del puro invierno al verano se nota bastante la diferencia.

-¿Aumenta el profesorado?

-Sí, en nuestro caso contamos con un compañero a mayores para reforzar un poco más el verano, porque ahora al no parar en agosto los examinadores hay exámenes igual y así se mantienen las clases teóricas y prácticas en julio y agosto.

-¿Notan el cambio de fechas de la Selectividad?

-La verdad es que sí, porque al empezar antes las clases, en septiembre, hay más apuro y es como si ahora el verano fuese más pequeño.

-¿Hay más gente mayor que ahora decide sacarse el carné?

-Más que gente mayor lo que sí noto en los últimos años es más de clases reciclaje, es decir, gente que sacó el carné hace años, que lleva tiempo sin conducir, y quiere volver a retomarlo y acude a nosotros. Pero eso, gente mayor no es que haya mucha.

-¿Qué opina de los cursos intensivos?

-Yo no soy de extremos y eso habría que matizarlo. Que un curso sea intensivo creo que no aporta ni calidad ni resta, siempre y cuando sea bueno. Si se da una formación durante nueve meses, ¿es una garantía de que va a ser bueno? ¿Y si voy nueve meses, pero no hago nada? Yo la calidad no la relacionaría con que fuera más o menos intenso, sino a otros aspectos, porque si una persona es capaz de estudiar en un mes, eso no significa que vaya mal formada, ya que no tiene que ver, ni por supuesto, irá peor que una que esté año y medio.