El Museo Galego da Marioneta es, sin duda, uno de los principales reclamos del Pazo de Liñares para la atracción de visitantes. La decisión de la compañía lalinense deja al Concello en una situación intrincada porque, aunque hay otras iniciativas que merecen mucho la pena, además de la propia belleza de la casona en sí, para muchos grupos de foráneos el museo era el principal aliciente. Ahora sería conveniente aclarar a aquellos que realizaron las reservas para próximas fechas, que del museo solo quedarán unos paneles o vitrinas vacías.

La ampliación de los reclamos de Liñares fue en cierto modo criticada por Viravolta. No tanto por habilitar la Sala Hilgen u otro espacio dedicado al aviador Joaquín Loriga, pero sí por el hecho de que estos espacios se llevasen a estancias superiores del pazo, pues la compañía habría pedido al Concello que llevase el museo a estas dependencias por las humedades de la parte baja, donde estaba el museo desde 2014.