Lalín se consolida este año como sede estable del Festival Atlántica al acoger un total de cinco funciones. Con tal motivo, Yoshi Hioki, Pep Bruno y Raquel Queizás brindarán espectáculos para niños y mayores en el museo municipal, todos ellos gratuitos hasta completar el aforo, desde hoy y hasta el domingo. Pep Bruno será el encargado, hoy, de alzar el telón del certamen con un espectáculo infantil a las 18.00 horas y otro para adultos a partir de las 20.30 horas. Mañana será el turno de Raquel Queizás con una obra para bebés de entre uno y tres años, a las 12.00 horas. Y el domingo cerrará la séptima edición del festival el japonés Yoshi Hioki con cuentos para adultos a las 21.00 horas y relatos para los pequeños a las 12.00 horas.

-¿La diferencia entre cuentos para niños y adultos en Japón es similar a la que hay en Occidente?

-Mi país es uno de los pocos donde existe la figura del narrador oral ancestral profesional estabilizada tanto social como artísticamente desde como mínimo hace 300 años. Este género se llama rakugo porque cuenta de una forma muy especial, y la transmisión del conocimiento se realiza por un sistema discípulo-maestro. La traducción sería escuela, pero en Japón se entiende más bien como una familia porque cuando tú decides ser un narrador de rakugo eliges a tu maestro y es cuando entras en ese clan familiar. Aunque en Occidente se traduce rakugo como escuela no es exactamente eso porque el aprendizaje no es exclusivamente una transmisión de conocimiento artístico, sino más de vivencias como sucede en la mayoría de las disciplinas artísticas de mi país. Los narradores profesionales para adultos en Japón tienen sus propios teatros y cuentan con un prestigio reconocido en toda la nación. En España los narradores no somos nadie porque, aunque hay muy buenos narradores, socialmente se nos etiqueta como cuentacuentos. En mi país es distinto.

-¿Los occidentales entendemos de manera integral los cuentos nipones o hay que explicarlos?

-Naturalmente, al traducirlos también tengo que ajustar los símbolos y el lenguaje común. Hay algunas que en Japón se transmiten de una determinada manera, con una especie de código, que si lo trasladara de forma literal al español la gente no lo entendería. A lo que yo le doy mucha importancia es que la forma de transmisión oral de mi país sea hace sobre todo a través de las cosas, además de los sucesos o acciones que transcurren en cada historia. La peculiaridad radica en que podemos destacarlos, por eso intento que la gente también pueda disfrutar de un formato de transmisión a través de la narración oral al estilo japonés y, además de comprenderlo correctamente, sensibilizarse con ello. Es algo que suelo trabajar mucho. Con tal motivo, muchas veces la gente después de una función se me acerca y me dice que nunca antes había visto a un narrador como yo. Es algo natural porque primero pertenezco a otra cultura, y además nosotros transmitimos de una manera diferente y yo intento de que aunque haga una traducción tanto lingüística como de expresión para que la gente además de disfrutar con lo que se cuenta en la narración e incluso les pueda arrancar una sonrisa, a partir de eso que también se puedan llevar para casa una experiencia que nunca antes habían vivido porque se tratan de narraciones muy distintas a la que están acostumbrados.

-¿Los cuentos japoneses tienden más al drama que a la comedia o hay de todo un poco?

-En este aspecto tengo que decir que a lo mejor en Galicia se pueden entender mejor los cuentos japoneses que en el resto de la Península Ibérica porque hay muchas historias que se cuentan aquí que tienen su traducción en los cuentos japoneses. Por ejemplo, en Galicia hay mucha tradición de cuentos de terror y en Japón también. Allá hay muchos cuentos que terminan mal o acaban con una belleza muy triste que también pasa en muchos cuentos de mi país. Y eso sucede tanto en los cuentos para adultos como para los más pequeños porque para nosotros la narración oral no es simplemente un pasatiempo, sino una fuente de sabiduría y también como un compartir un mismo paisaje. Por lo tanto, los cuentos en Japón reflejan todas estas bellezas que tienen que ver con la alegría pero también con el dramatismo, la tristeza o como te decía algo de terror incluso.

-¿Le gusta Galicia?

-Mucho. Hace tres semanas estuve en Vigo contando historias en la biblioteca "Xosé Neira Vilas". Después de Cataluña, donde vivo, Vigo es el sitio que más conozco.