El envejecimiento de la población, el aumento de los mayores que viven solos y la dificultad para conciliar vida laboral y familiar, sobre todo entre las mujeres del rural, exigen medidas que garanticen la calidad de vida tanto de los ancianos como de sus cuidadores. Pero muchas veces, las iniciativas se topan con los coletazos de la recesión económica que impiden que el emprendimiento crezca de la forma deseable.
Fue lo que ocurrió con un proyecto piloto que puso en marcha la Consellería de Política Social en el pasado verano. El 7 de septiembre publicaba en el DOG las bases para solicitar ayudas con las que poner en marcha las denominadas "casas del mayor", unos centros destinados a atender un máximo de cinco personas de más de 60 años, con dependencia moderada o severa, hasta un tope de ocho horas al día y de lunes a viernes. El proyecto se ciñe a concellos de menos de 5.000 habitantes, una franja en la que entran Agolada, Rodeiro, Dozón y Forcarei, y pretende que estos servicios se pongan en marcha por parte de autónomos o cooperativas. Los servicios que deben prestarse a los usuarios son los de alimentación, higiene y tiempo libre, por los que el promotor de cada casa del mayor debe disponer de un inmueble con condiciones de accesibilidad pero también con salas en las que poder realizar las distintas actividades. Las ayudas, que cuentan con un montante global de 1,36 millones de euros, pueden cubrir tanto la reforma de la vivienda como el desarrollo del proyecto e incluso la manutención de cada usuario.
Pues bien, cuatro meses después y una vez cerrado el plazo de presentación de proyectos, la consellería que representa Fabiola García recibió 37 solicitudes a escala gallega, y de éstas solo dos proceden de municipios pontevedreses: Arbo y Pazos de Borbén. Así las cosas, ningún emprendedor de los cuatro municipios del norte de la provincia remitieron proyectos, pese a que en todos ellos hay una población susceptible de requerir estos servicios. Y es que tan solo hay una residencia para personas mayores en Forcarei, donde también funciona una vivienda comunitaria, igual que en Rodeiro. Mientras tanto, Agolada está pendiente de reformar la planta superior del local de la tercera edad para poner en marcha una vivienda también comunitaria. Son, en cualquier caso, servicios diferentes al que proyecta la Consellería de Política Social, ya que las casas del mayor funcionan solo por horas y se ciñen a los empadronados en el municipio o en un concello colindante, para evitar que el mayor sea apartado de su entorno.
