Antonio Paz Pérez, popularmente conocido como Toño Catalino, tiene desde ayer un recuerdo en su pueblo de Silleda. Se trata de un mural elaborado por el artesano Antonio González Abal, que tuvo la idea junto a su mujer y socia en la empresa Coas Mans Artesanía. La obra fue colocada sobre un muro de una finca privada en la Avenida de Trasdeza, muy cerca de la intersección con la calle Venezuela.

Toño Paz falleció en diciembre de 2016 a los 54 años de edad en el domicilio familiar del lugar de Outeiro, en donde residía solo tras la muerte de sus padres. Era una persona muy conocida en Silleda y "un gran divulgador de la cultura universal y también de la cultura gallega", apunta su amigo y autor del homenaje que se le brindó ayer. Fue un acto sencillo, sin apenas publicidad, más allá de un cartel en su barrio de Outeiro y la divulgación la víspera en redes sociales para quien estuviese interesado en estar presente. Acudieron amigos, vecinos y algunos familiares del malogrado artista, en cuya memoria Irene Fuentes interpretó un emocionante solo de gaita.

La idea de rendirle un reconocimiento póstumo a Toño Paz rondaba en la cabeza del matrimonio formado por Antonio González Abal y Lucía Ares Fondevila desde hace tiempo. "Consideramos que lo merece en el sentido cultural, artístico", expone el artesano, para quien su amigo fue "un pilar en la cultura de Silleda y dejó muchas huellas, que se irán viendo con el tiempo. Ayudó a que Silleda creciera cultural y humanamente", dice.

Precisamente, la obra que ayer se inauguró está inspirada en un dibujo de Toño Paz sobre una feria como las que había en Silleda en las décadas de 1950/60 los días 6 y 23 de cada mes. Es una cerámica cocida y esmaltada a alta temperatura de 2 metros por 1,25. Era habitual ver a este vecino realizando dibujos en un bar sobre papel o servilletas, que a menudo regalaba a amigos, familiares o a quienes se acercaban a charlar con él.