El Concello de Lalín culminó el miércoles la primera fase del plan integral de repintado de las marcas viarias y la señalización horizontal del centro urbano. Constituye "un avance sustancial y perceptible en la mejora de la seguridad viaria y en la imagen de catorce calles", valora el concejal de Obras, Francisco Vilariño.

En concreto, las tareas de repintado se desarrollaron en las calles Principal, Loriga, Luís González Taboada, B, Pintor Laxeiro, Avenida Monte Faro, Nuno Eanes de Cercio, Antonia Ferrín Morales, Melide, Praza da Marina, Ramón Otero Pedraio, Matemático Rodríguez, Ramón Aller y Cacharela. Entre otros trabajos, se pintaron de manera íntegra pasos de peatones, las bandas continuas blancas, azules y amarillas de las zonas de aparcamiento, las áreas reservadas para el estacionamento de discapacitados y motos, flechas, señales de stop, vados o zonas de carga y descarga.

Vilariño entiende que eran "actuaciones imprescindibles", ya que la señalización horizontal y estas marcas viarias se encontraban en "un estado muy deteriorado y poco visible debido al habitual desgaste, con los consiguientes problemas que podía ocasionar". En la misma línea, anuncia la activación inmediata de un equipo específico y permanente de la brigada de Obras con el objeto de extender -durante lo que resta de mes- el repintado a aquellas calles que no se beneficiaron en la primera fase.

Por otra parte, el edil muestra su "evidente sorpresa" por el hecho de que la Asociación de Empresarios del Deza "se arrogase como propia" la idea de repintado de las calles en un comunicado hecho público a través de las redes sociales. La única solicitud que presentó la AED, en junio pasado, fue para desarrollar actuaciones de pintado de pasos de peatones en la calle Antonia Ferrín Morales y en la avenida Luís González Taboada. Además, la petición se cursó casi un año después de que, en agosto de 2017, su concejalía iniciara el expediente para la contratación de las obras. En todo caso, Vilariño brinda su "entera disposición a seguir colaborando" con la asociación de empresarios, "como siempre".

El concejal de Obras vuelve a lamentar las "inevitables" y "puntuales" molestias, "inherentes a cualquier actuación en la vía pública", que pudieron ocasionar los trabajos. Reitera que el impacto fue mínimo, pues las calles permanecieron cerradas apenas tres horas una mañana, y esos cortes afectaron a un número muy reducido, la mayor parte de sentido único.

Protesta minoritaria

En cualquier caso, Vilariño expresa su "respeto" por las protestas de "un minoritario grupo de comerciantes del centro", si bien subraya que "en ningún caso representaba al conjunto del sector", ya que "la mayoría siguió atendiendo a sus clientes con absoluta normalidad". Admite su sorpresa por el hecho de que ese "pequeño y poco representativo" grupo se dedicara -a las 11 de la mañana, cuando las calles no llevaban ni una hora cortadas- a "ir de puerta en puerta por los establecimientos de todo el centro intentando organizar un amago de movilización con muy escaso éxito".

Finamente, señala que el Concello seguirá trabajando para desarrollar actuaciones que, pese a puntuales incomodidades, benefician "de manera notable" al tejido comercial y productivo del municipio -"incluido, por supuesto, este pequeño grupo"- y al conjunto de la ciudadanía.