La proliferación de nuevas compañías de telefonía móvil y la necesidad de mejorar la cobertura (incluida, en algunos casos, la de wifi) explica la tremenda proliferación de antenas en el paisaje de Deza y Tabeirós-Montes. En solo un año, sus municipios incorporaron 108 nuevas antenas, con lo que suman ya 533. El Ministerio de Hacienda ofrece datos sobre la participación municipal en los ingresos del Estado en cuanto al canon que deben abonar las firmas de telefonía móvil. En su sitio web, compara los datos de 2017 con los de cinco años atrás, y esto nos permite ver hasta qué punto proliferaron las antenas: en 2012 había tan sólo 199, de modo que en este lustro aumentaron un 167,8%.
A la hora de repartir los tributos de telefonía móvil, Hacienda tiene en cuenta más el número de antenas que el de habitantes, y de ahí que la cuantía que perciben los municipios a nivel global también haya crecido, pese al descenso poblacional: en 2012 fueron 49.217 euros; en 2016 ya alcanzaban los 228.054 y ahora, en 2017, la cifra vuelve a subir, para marcar los 238.719 euros. Pero también hay que indicar, en este punto, que en 2012 una de las tres grandes operadoras de telefonía recurrió la liquidación, de modo que en ese año no ingresó la cuota que le correspondía, algo que sí hizo a lo largo de 2017. Como Hacienda en 2012 pudo ingresar parte solo del concepto de "antenas" en 2017 pagó además esa otra parte pendiente de 2012, y de ahí que la diferencia en un lustro sea tan notable.
El incremento de antenas se da en todos los municipios salvo en Agolada (que mantiene sus 12 postes), y viene motivado por la necesidad de salvar las dificultades orográficas en, sobre todo, zonas del rural. En la comarca dezana es la capital, Lalín, quien muestra el mayor aumento de antenas de telefonía móvil: si en 2016 tenía 136, al ejercicio siguiente autoriza la colocación de 30 nuevas, llegando así a las 166. La cuota nacional que Hacienda ingresa a Lalín por este tributo es de 73.214 euros, casi 12.000 más que en 2016 y muy por encima de los 13.636 que le correspondieron en 2012.
Silleda es el segundo municipio con más aumento de repetidores: pasa de 66 a 89 en un año. Esto le supone recaudar el ejercicio pasado 4.000 euros más y alcanzar los 38.516. En una comparativa con 2012, las cifras eran bastante más modestas: 21 antenas (es decir, cuatro veces menos que ahora) y 5.793 euros. En el municipio vecino de Vila de Cruces funcionan 44 antenas, tras incorporar 13 nuevas. Su instalación le reporta 19.451 euros, 1.500 más que en 2016 y casi cinco veces por encima de los 4.066 que cobró en 2012, cuando disponía de 17 antenas.
En cuanto a los municipios menores de Deza Agolada, como decimos, mantiene sus 12 postes pero, al perder vecinos, si en 2016 recibió de este tributo estatal 5.971 euros, ahora la cifra desciende a los 5.680. A decir verdad, Agolada es el municipio dezano menos afectado por las antenas: en 2012 tenía 8, y cobró por ello 1.883 euros. En Rodeiro, con similar población e igual número de repetidores (solo sube uno en el último año), las arcas municipales ingresan 5.730 euros, 300 menos que en 2016 por, sobre todo, ese descenso del padrón. En 2012, con también 8 postes, el concello cobró 1.946 euros. Por último, Dozón incorpora 8 nuevas antenas y llega a las 36, con un reporte económico de 14.691 euros, 1.000 más. Un lustro atrás, recibió 1.277 euros por sus 10 antenas.
