El gobierno tilda a José Cruz de "cobarde", después de que este rehuyera del acto conciliación para el que estaba citado en los juzgados de Lalín ayer. El acto, previo a la querella criminal que finalmente el ejecutivo no pondrá en marcha, era para que el edil explicase o se retractase de una afirmación realizada en el pleno: "No quiero ser cómplice de ataques o venganzas personales a personas en este Concello, ni a empresas", sentenció el no adscrito. El concejal no solo no se presentó al acto, sino que tampoco envió a nadie en su representación.

Por esa misma razón, el ejecutivo acusa al edil de presentar "una absoluta falta de respecto y un tremendo desprecio por la administración de justicia" tras no comparecer en el día de ayer. De ahí que esta actitud suponga para el ejecutivo "una evidente prueba de que el edil se niega a colaborar con la justicia", acuñándole una obligación, ya no solo como ciudadano, sino también como cargo público. Es más, creen que este hecho denota "una profunda cobardía, puesto que ni tan siquiera tuvo la decencia ni el valor de presentar un escrito justificando o desmintiendo sus palabras", recriminan. Además de esto, desde el cuatripartito consideran que Cruz está demostrando "una clara irresponsabilidad en el plano político", al cree que "no es de recibo utilizar un pleno municipal para sembrar sombras de duda sobre las actuaciones del Concello y después evitar dar explicaciones sobre esas gravísimas e infundadas acusaciones", justifican.

El gobierno asegura que después de la actuación de Cruz se encuentran con un doble desprecio: el que se hace a la administración de justicia al no acudir al acto y el que se le hace a los ciudadanos de Lalín por lanzar acusaciones que consideran falsas. El ejecutivo sostiene que este hecho se trata de una estrategia "de quien carece de argumentos para justificar sus palabras y sus decisiones", además, "de quien considera que cualquier cosa en la política vale".