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Un paseo a medias entre 'sobreiras'

Critican la apertura con excavadoras de la ruta del Arnego y la falta de indicadores

Molino en ruinas a orillas del Arnego, en un tramo de Ponte Carmoega.

El Concello de Agolada está a la espera de que se consolide el buen tiempo para iniciar las obras de mejora de tres tramos del sendero natural del Arnego. Esta intervención cuenta con una partida de 58.000 euros y está adjudicada a una empresa de Pontevedra. La zona donde se intervendrá es la más próxima a Ponte Vilariño y, según indica el alcalde, Ramiro Varela, será preciso mover tierra desplazada por las nevadas desde los taludes y desbrozar caminos que se están cerrando por la maleza.

Son varios los caminantes que reclaman que el gobierno local eche la vista atrás y compruebe el impacto ambiental que causaron las obras en el tramo desde Ponte Carmoega, conocida también como Ponte de Primo. En este caso, las mejoras se acometieron entre 2014 y 2015, con fondos europeos del Feader y a través de la empresa Vértebra Ambiental. Se abrieron caminos con palas excavadoras, que en muchos casos dejaron taludes. El regidor explica que se optó por este sistema "porque negociamos la cesión de terrenos con los propietarios, y éstos solo dejaban tierras si les hacíamos un acceso para poder entrar a la finca con tractor". Lo malo es que no solo circulan tractores, sino también todoterrenos que pueden así llegar hasta prácticamente la orilla del río. La única solución para ésto pasa por colocar cancillas de madera tratada en las fincas para que no circulen este tipo de vehículos, explica el regidor.

"Aprovechamos caminos antiguos, lo más pegados al río posible. y en las zonas donde no podemos hacerlo recurrimos a pistas de concentraciones parcelarias", añade Varela. La obra se acometió con los pertinentes permisos de Augas de Galicia, pero hizo caso omiso de otras alternativas que sí ven los caminantes, como la posibilidad de restaurar los molinos construidos a orillas de las aguas. También es necesario unir las dos riberas de un arroyo a la altura de Garlín. Aquí, como indica Ángel Utrera en un perfil de Facebook, el camino remata justo en el agua, y para salvarla hay que saltar a la otra orilla, un camino de piedra bastante escarpado. Varela explica que en la zona había antaño un puente de piedra bastante ancho, que seguramente fue desplazado por el agua durante los temporales de los últimos inviernos. Asegura que su equipo contempla la instalación de una nueva pasarela.

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