Los alcaldes de Lalín y Silleda reclaman una vez más que se convoque de forma urgente una reunión de la Mancomunidade Terras de Deza después de tres meses sin que se haya celebrado ningún encuentro. El pasado 9 de noviembre, durante la constitución del organismo para adecuarlo a los resultados de las elecciones locales de mayo, el Partido Popular -que ostenta la presidencia- se había comprometido a abrir una nueva etapa en la que se cumpliesen los estatutos y se convocasen de forma periódica las juntas de portavoces. Pero en el tiempo transcurrido desde entonces solo hubo una reunión de alcaldes, el 24 de noviembre, un hecho que para los mandatarios de Lalín y Silleda demuestra que "se está incumpliendo el pacto para buscar una mancomunidad más activa y participativa y en la que se trabaje por proyectos conjuntos".

El lalinense Rafael Cuiña lamenta que el PP esté incurriendo "en los mismos errores" denunciados tras los comicios municipales. Más de cinco meses se tardó en constituir el pleno, "algo inadmisible" que ahora el PP vuelve a repetir. Esta situación "ilustra de forma muy significativa la hipocresía de los populares, que están vaciando de contenido un organismo que debería servir para que todos los concellos fuesen de la mano en diferentes iniciativas y compartiesen servicios para optimizar recursos", sostiene Rafael Cuiña. En este sentido, critica que el PP "siga poniendo atrancos al funcionamiento de este organismo supramunicipal mientras se le llena la boca hablando de fusión de concellos".

El trasdezano Manuel Cuiña, por su parte, subraya que Lalín y Silleda son los dos municipios más grandes y poblados de la zona, si bien estas circunstancias "siguen sin verse reflejadas a la hora de tomar decisiones, porque ni siquiera se convocan los órganos en donde podríamos adoptarlas". A su entender, este hecho demuestra "un talante muy poco democrático" por parte del PP y ya motivó en su día que ambos concellos se mostrasen dispuestos a abandonar la mancomunidad si no se cumplía el acuerdo para convocar las juntas de portavoces y que estas tuviesen mayor capacidad de decisión. Puesto que la situación, en lugar de corregirse, se ha agravado en los últimos meses, "la posibilidad de una salida del organismo vuelve a estar sobre la mesa", advierte Manuel Cuiña.

Los gobiernos de Lalín y Silleda reiteran su "apuesta decidida" por dotar de "verdadera capacidad de actuación" a la mancomunidad y convertirla en "un instrumento útil, eficaz e imparcial" para dar respuesta a las necesidades reales de sus municipios, y no a intereses partidistas, "que parece que sigue siendo su principal función".