Una fecha: martes, 3 de febrero. Un destino: Dubai. Una misión: salvar vidas. Este es el objetivo final del proyecto que está diseñando la estradense Andrea Magán en conjunto con la lalinense Macarena Arcay y sus dos compañeras Tays Ferrer y Susana López. Todas ellas son estudiantes de cuarto curso de Ingeniería Industrial en Ferrol y las cuatro viajan el próximo martes a Emiratos Árabes Unidos para presentar un dron capaz de transportar una nevera con órganos para trasplantes. Es el premio que obtienen tras colarse en semifinales en un certamen internacional organizado por este mismo país asiático. El lema, Drones for Good, motivaba a todo tipo de emprendedores, empresas y curiosos a crear un vehículo aéreo no tripulado con una misma misión: ser útil para el ser humano y mejorar su calidad de vida.
Andrea Magán explicó ayer que, con el trabajo que actualmente tienen para poner en marcha los últimos preparativos del prototipo que llevarán a Dubai, no siente apenas nervios ante la experiencia que la espera en la ciudad asiática. Su mente está ahora centrada en terminar de crear la cápsula que albergará la nevera para los órganos. Esta estructura está pensada para acoplarla al dron en cuestión con los órganos a trasladar. "Nuestra idea es reducir el tiempo de llegada de un órgano al posible receptor", contaba Magán el pasado mes de octubre a FARO, cuando todo era un estudio teórico.
Proyecto de futuro con IFFE
Ahora, el proyecto no solo cuenta con financiación para su desarrollo de cara a la presentación en Dubai, sino que podrá convertirse en un diseño comercial gracias a la colaboración que brinda a las jóvenes el instituto de Formación Financiera y Empresarial (IFFE). "Conseguimos inversión a través del IFFE, que financia el proyecto, así como el alquiler del dron a la empresa Cartouav-Cartogalicia", indica.
Las jóvenes trabajan sobre un dron modelo MD4-1000, de 1,3 metros, que soporta hasta 1,2 kg de peso. Se trata de un prototipo relativamente pequeño con respecto a lo pensado, pues para convertirlo en un sistema altamente competitivo, Magán puntualiza que tendría que ser de un tamaño tres veces superior a este. El lunes hicieron ya una prueba de vuelo y la estradense se muestra optimista: "pensamos que daría problemas con el peso (de la nevera)", dijo, apuntando que finalmente se adecua a la perfección. Ahora queda enfrentarse a la competencia en Dubai, desde drones para limpiar cristales hasta dispositivos pensados para hallar y detectar a personas desaparecidas en catástrofes. Magán señala que ella y su equipo esperan poder quedar en un buen lugar, aunque desconoce el potencial de sus rivales. "Nuestro proyecto es salvar vidas y creemos que es el que más se ajusta a lo que se pedía", dice, y añade: "vamos con esperanzas de llegar a la final, aunque ir allí es ya un premio". Si las gallegas resultan ganadoras del certamen, obtendrían un premio de un millón de dólares para desarrollar el proyecto. No obstante, si se quedan en la antesala, estas jóvenes y futuras ingenieras podrán llevar a cabo su idea igualmente gracias a la colaboración del departamento industrial del IFFE, con el que prevén montar una sociedad enfocada a ello.
Subraya Magán que esta es una "muy buena oportunidad" y agradece la colaboración del profesor Pablo Galdo, de la Escuela Universitaria de Diseño Industrial (EUDI) de Ferrol, que la guió a ella y a sus compañeras de equipo en esta misión. Los días claves serán los próximos 6 y 7 de febrero, aunque las jóvenes emprendedoras ya partirán para Dubai el día 3. La revolución para eliminar barreras de gestión que se originan actualmente al transportar los órganos en un avión está en marcha y lleva firma estradense. La misión para salvar vidas ha comenzado. Se hace llamar Dronlife.
