José Mouriño y Carmen Reboredo salieron de prisión en marzo de 2012. Habían ingresado en A Lama en noviembre de 2010, días después del trágico suceso que cercenó la vida de toda la familia y como imputados por un asesinato, una muerte, un incendio y otras dos tentativas de asesinato. A ambos se les retiró el pasaporte para evitar cualquier riesgo de fuga y volverán a quedar privados de libertad en caso de que el Tribunal Supremo ratifique la sentencia de la sección segunda de la Audiencia Provincial. Este fallo judicial no tuvo en cuenta la petición de que Reboredo cumpliese la pena en un centro psiquiátrico, ya que según la defensa y diversos informes forenses padece, además de trastornos depresivos, el conocido como síndrome del cuidador quemado. A su cargo estuvieron, durante varios años, personas mayores y grandes dependientes.
