Quizás pocos son los que le conozcan por su nombre de Carlos Rodríguez, ya que su trayectoria profesional se identifica más bajo el nombre de Crof. Este artesano, quien tiene su taller en la localidad estradense de Berres, es más reconocido por su faceta de inventor que por la de productor. "La vida de un artesano es muy bonita. Los hay que aprovechan todo su tiempo en producir y los hay que se dedican más a investigar, como es mi caso", explica Carlos. Y es que, para este estradense el proceso de desarrollar nuevas técnicas para producir es una virtud que "parte de una necesidad y luego, es la cabeza quien busca la manera", dice. De ahí, que cada una de las 23 máquinas que componen el taller Crof fueran modificadas por él. "En el momento que las compro empiezo a reformarlas. A todas les añadí algo nuevo que mi actividad requiría", añade.

Esta forma de aprender "por uno mismo", es la misma que han heredado sus tres hijos quienes, siguiendo el ejemplo paterno, han encaminado su vida por el sendero de la artesanía, especialmente en la producción del cuero. De esta forma, Mario Coiro, el menor, es ya un artesano con una importante trayectoria que acaba de regresar de un Máster de Loewe. Su otro hijo Carlos Miguel es quien utiliza ahora el taller Crof para sus creaciones y su hija Edita regenta su propio taller de cuero en Santiago.

"Todas las cosas que invento o innovo las voy transmitiendo a mis hijos", aclara Crof. Pero también a todo aquel que se acerque por su taller y tenga la curiosidad de conocer sus particulares técnicas, ya que a pesar de estar jubilado, su puerta sigue abierta.

Carlos empezó su andaina por el mundo de la artesanía "en un pequeño cuarto de la casa familiar" a la temprana edad de los 16 años. Con la ayuda de un vecino se introdujo en el mundo de la Xarras del Ulla. Un sector que está casi desaparecido y que fue el comienzo del descubrimiento de "un gran inventor" como así lo definiría más tarde Bieito Romero, gaiteiro del grupo folk Luar na Lubre y también, uno de sus clientes. Como Bieito, el reconocido gaiteiro Carlos Núñez o el también famoso, Xurxo Ordoñez, han optado por requerir las gaitas marca Crof para su música.

Países como Argentina o Venezuela también han sido destinos a donde han ido a parar sus instrumentos, porque aunque sea más inventor que productor dispone de ambas habilidades. "Mi cabeza nunca está quieta. Siempre intento sacar lo máximo posible de algo", conluye este creador que, para su vecinos es un genio y para sus hijos, un ejemplo.