Después de seis meses, los institutos arousanos reabrieron ayer sus puertas para recibir a los alumnos, y lo hicieron bajo estrictas medidas de seguridad y con agobio por parte de los equipos directivos para poder tener todo a punto. Y es que llevan semanas trabajando a marchas forzadas, con constantes cambios por parte de la Administración autonómica que echan por tierra el trabajo realizado. Sin ir más lejos, ayer mismo la Consellería de Educación publicaba un nuevo protocolo Covid, el propio día de inicio de las clases.

La vuelta a las aulas se está realizando de forma progresiva entre ayer, hoy y mañana. Los primeros en incorporarse a los centros fueron los estudiantes de primer y segundo de ESO, primero de Bachillerato y primero de ciclos formativos. Esta primera jornada transcurrió sin incidencias importantes, con un acatamiento de las normas generalizado por parte de los estudiantes. No obstante, hay malestar entre la comunidad educativa debido a la semipresencialidad, uno de los motivos de la huelga, que tuvo un seguimiento desigual en la comarca.

Para evitar aglomeraciones, en los IES se realizaron presentaciones escalonadas a lo largo de toda la mañana. Por ejemplo en el Cotarelo Valledor, en Vilagarcía, se hizo una por cada aula, por lo que no se juntaron en el centro más de 20 alumnos de forma simultánea.

El IES de A Illa cuenta con 206 alumnos, de los que se incorporaban ayer tan solo un centenar. La primera jornada resultó sumamente complicada, porque al hecho de explicar a todos los alumnos como debían moverse o guardar las distancias, se suma que más de la mitad de la plantilla son profesores nuevos en el centro por lo que organizar las entradas y salidas por diferentes puntos resultó un trabajo arduo. El gran problema para este curso es la falta de espacio. El centro ha tenido que habilitar lugares como el laboratorio o la biblioteca como aulas para poder desdoblar los cursos, pero no es suficiente, ya que llevan reclamando desde hace tiempo que el patio pase a ser cubierto sin éxito. En lo que respecta a la huelga, de los 27 profesores en plantilla, tan solo tres participaron, aunque los servicios mínimos impidieron que este número fuese superior.

En lo que respecta al IES a Basella de Vilanova, varios profesores renunciaron a acudir a la huelga para ayudar a sus compañeros en una jornada que resultó complicada, y eso que se incorporaba tan solo la mitad del centro (1º y 2º ESO y 1º Bachillerato). El centro articuló una entrada gradual en las presentaciones, con los cursos de la ESO accediendo a su interior a las 9.00 y a las 10.30 horas, mientras que los de bachillerato lo hicieron a las 12.30 y a las 13.30. Al igual que en otros centros, el gran problema con el que se encuentran son las limitaciones de espacio para garantizar que el alumnado se encuentra a la distancia de seguridad. El centro solicitó dos profesores para desdoblar varios cursos, petición que le fue atendida y que evitará que coincidan en la misma clase alumnos de diferentes grupos.

Dos accesos al recinto y tres turnos diferentes se habilitaron en el Ramón Cabanillas de Cambados para este inicio de curso, un centro en el que la huelga tuvo un seguimiento importante, ya que alcanzó cifras del 80% entre el profesorado.

En el lado contrario al instituto de Cambados está el monte da Vila de O Grove, donde la huelga del profesorado apenas alcanzó un 10% de seguimiento. Los profesores en este centro hicieron hincapié en explicar los protocolos anti-Covid-19 a los alumnos durante los actos de presentación. Además, han creado varias parcelas en el patio para los recreos, creando dos grupos claramente diferenciados para que el número de alumnos que coincida de forma simultánea sea más reducido.

El Julia Becerra Malvar de Ribadumia inició su actividad el pasado día 10 con la llegada de los alumnos de infantil y primaria. En el día de ayer se sumaron los alumnos de los dos primeros cursos de la ESO sin ningún tipo de incidencia. La única es que el centro está pendiente de unas obras de reforma que pueden alterar el ritmo lectivo cuando se inicien, una alteración que obligará a buscar alternativas para mantener las medidas de seguridad entre los alumnos.