Profesores y familias se concentraron ayer por la tarde en la plaza de Galicia de Vilagarcía convocados por los sindicatos CC.OO, STEG, CSIF y CIG con el fin de denunciar los continuos "bandazos" que está dando la Consellería de Educación respecto al inicio del curso en Secundaria. La movilización de ayer es una de las numerosas protestas programadas. Para mañana está prevista otra de profesores, pero dentro de los centros educativos. También se ha anunciado una huelga de estudiantes y de profesores para el próximo miércoles 23, coincidiendo con el inicio del curso en Secundaria.

En la plaza de Galicia unas 200 personas coreaban varias consignas, entre las que figura la reclamación para que la distancia de metro y medio entre cada alumno también se aplique en Educación Primaria, ya que es solo para ESO, Bachillerato y FP.

"Conselleiro negociación y no imposición. Metro y medio en todas las etapas. Con nuestra salud no se juega. Román Rodríguez hay que planificar" fueron varios de los lemas coreados por los manifestantes que también recordaron a la Consellería que "la burbuja está en San Caetano".

Continúan demandando más recursos y más seguridad para estudiantes y profesores, en tanto que los docentes recuerdan que si se ponen a desinfectar no pueden estar enseñando.

"Tuvimos varios protocolos para el inicio del curso que finalmente no han servido y aún no sabemos cuál será el definitivo y cuantos profesores habrá de refuerzo", expuso la asesora sindical de CIG-Ensino, Marta Ferreiro.

Las clases, que tenían que haber empezado ayer, se retrasaron una semana y hasta el próximo viernes los institutos no sabrán los profesores que tendrán en cada centro para poder desdoblar aulas y cumplir con la separación entre alumnos de metro y medio. Incluso se baraja la posibilidad de hacer turnos de mañana y tarde en los colegios, si hay profesorado suficiente.

Los delegados sindicales expresan su malestar porque ahora Educación habla de colocación de mamparas entre alumnos o de celebrar clases semipresenciales, y en "streaming", lo que significaría que algunos estudiantes estarían en las aulas y otros seguirían las clases por internet.

Pero los medios tecnológicos de que disponen los institutos no permiten tener varias aulas con el mismo sistema que, al parecer, se quiere instaurar en Bachillerato.