La polémica por la llegada de madrileños a O Grove para ocupar sus segundas residencias no deja de aumentar. Después de las advertencias del alcalde, pidiendo a los turistas que respeten las normas y no salgan a la calle, ayer salió a relucir la existencia de un catamarán repleto de viajeros que zarpaba desde O Corgo. Era uno de los barcos de pasaje habituales y embarcaba a decenas de turistas para surcar la ría. La Guardia Civil se personó en el lugar y parece haber tramitado la denuncia correspondiente.