El 1 de enero de 2016, unos 20.000 hogares y negocios de O Grove, Sanxenxo y Meaño quedaron sin suministro eléctrico. En plena celebración del Año Nuevo, con las casas llenas de gente y algunos negocios de hostelería con mesas reservadas, las tres poblaciones quedaron sin luz a consecuencia de un incendio en la subestación eléctrica de Vilalonga (Sanxenxo). Cuatro años después, la situación ha mejorado ostensiblemente, pero estos tres concellos del sur de la comarca siguen concentrando la mayor parte de las averías que sufren los particulares en O Salnés, ya sean apagones o caídas de tensión.
El apagón de Año Nuevo fue de tal calibre que marcó un antes y un después en lo que a infraestructuras eléctricas se refiere en O Salnés. La situación ha mejorado, pero todavía quedan algunos lugares que periódicamente sufren pequeños apagones o caídas de tensión.
El alcalde de O Grove, José Cacabelos, indica que, "en los barrios del centro el servicio funciona más o menos bien, pero a medida que nos alejamos del centro, aumentan los problemas". A este respecto, el regidor sostiene que durante este invierno ha habido problemas en lugares tan diversos como Reboredo, Balea, San Vicente, Sineiro, Meloxo, Porto Meloxo y Terra de Porto. A menudo, se producen los días de mucho viento, "porque en el rural queda mucho tendido que va por el monte", prosigue.
Cacabelos sostiene que ahora están más tranquilos que en 2016, puesto que sobre el papel no tiene por qué producirse un apagón generalizado tan largo. En aquella ocasión se debió a que O Grove recibía la energía únicamente desde la subestación de Vilalonga, y si esta fallaba, como sucedió aquel Año Nuevo, O Grove entero quedaba sin luz. Ahora, sin embargo, si la central de Vilalonga fallase, podría captarse el suministro de la puesta en marcha en el polígono industrial de Nantes.
Además, se instaló un cableado soterrado en el acceso al casco urbano, que garantizaría el abastecimiento de energía si fallase el cableado eléctrico.
José Cacabelos admite que se han producido avances, pero opina que hay que extender el soterramiento de las líneas a todo el territorio, "para terminar definitivamente con los problemas", ya que, "el cableado aéreo está más expuesto a las inclemencias meteorológicas y genera más problemas. Hay que tender al soterrado de las líneas".
En el municipio de Meaño, los lugares más expuestos a los incidentes eléctricos pertenecen a las parroquias de Lores, Simes y Meaño. La puesta en marcha de la subestación de Nantes debería mejorar la situación, y está previsto que las obras concluyan a lo largo del presente ejercicio, puesto que empezaron en diciembre.
Obras de UFD
La compañía UFD, que es la distribuidora eléctrica de Naturgy, explica que a lo largo de este 2020 también se harán obras para mejorar el servicio en el término municipal de Sanxenxo, pues está previsto sacar una línea de refuerzo hacia el polígono de Nantes y otra hacia el centro de transformación existente junto al camping de Portonovo.
Naturgy apunta al respecto que, "la distribuidora eléctrica invirtió en estos dos últimos años más de 2,5 millones de euros en varias obras de desarrollo de media y baja tensión en la zona para incrementar la calidad del suministro eléctrico".
A modo de ejemplo, citan las inversiones realizadas en las líneas San Vicente-Quinteiro, San Vicente do Mar-Pedras Negras (que incluyó la instalación de un nuevo transformador en San Vicente), así como la prolongación de la línea procedente de Vilalonga hasta el centro de O Grove.
La empresa también destaca las actuaciones realizadas en Sanxenxo, como la puesta en servicio de nuevas líneas en el tramo entre Arnelas y la calle Vigo, y las playas de A Lanzada, Mourelos, Carballal y A Carabuxeira.
Finalmente, la compañía eléctrica también resalta que instaló un nuevo transformador en las inmediaciones de la iglesia parroquial de Dena.
Pero por la envergadura de las inversiones, destacan la creación de las subestaciones de Barro y de Nantes, que costaron 6,3 y 3,2 millones de euros, respectivamente, según las cifras aportadas ayer por la empresa UFD.
En Vilagarcía
Pero también en el norte de la comarca hay problemas con el suministro eléctrico, aunque sean más puntuales. El pasado fin de semana, sin ir más lejos, los vecinos de Trabanca Sardiñeira, en Vilagarcía, se quejaron de que estaban sufriendo en sus casas constantes caídas de tensión.
Sin salir de Vilagarcía, pero referido al servicio público de alumbrado, anoche se produjo un prolongado apagón en plena Plaza de Galicia. Los puntos de luz estuvieron apagados desde primera hora de la noche y hasta el cierre de esta edición, pasadas las once de la noche.
Es relativamente frecuente que falle la corriente en esta céntrica plaza vilagarciana, por lo que la única iluminación que tienen los viandantes es la que procede de los escaparates comerciales y de la pantalla gigante instalada en el edificio Lara. En cambio, es muy deficiente camino de la calle Castelao o la plaza de España.
Otro punto de Vilagarcía donde acostumbran a registrarse problemas en el alumbrado público es el entorno de San Roque, As Carolinas y Rodrigo de Mendoza.
