Los primeros centollos de la temporada ya están en puerto. La veda finalizaba a las doce de la noche del sábado en las provincias de Pontevedra y A Coruña. Por tanto, arrancaba una nueva y esperanzadora campaña, en estos primeros días condicionada claramente por el frío y la influencia de la luna llena, que los marineros conocen como "lúa á campá".

Desde las diez de la mañana de ayer la flota de enmalle ya podía largar sus "miños"; las redes más utilizadas en la captura del preciado crustáceo, al que puede acompañar el escaso buey de mar. Y, en consecuencia, a partir de la medianoche ya se podían levantar esas redes para llevar a tierra las primeras capturas, de ahí que el centollo ya esté presente hoy en las lonjas, plazas de abastos y restaurantes.

Será en los próximos días cuando el sector pueda hacer un pronóstico más acertado, a tenor de las capturas que se obtengan en las primeras jornadas. Pero confía en disfrutar de "una buena temporada" y en que el centollo "vuelva a ser un revulsivo para muchos puertos en esta recta final del año".

Así lo explicaba, tras largar sus "miños", Antonio Otero, el patrón mayor de la cofradía de pescadores de O Grove, el puerto más importante para este crustáceo, ya que es en él donde alcanza sus mejores cotizaciones.

"Es pronto para saber qué pasará, pero las condiciones no son las idóneas para la pesca de este recurso", confirmaba este representante del pósito y el sector de enmalle.

"Revoltura"

Es cierto que el mar está revuelto, lo cual juega a favor de los marineros, puesto que el centollo se mueve más y "enmalla" mejor en los aparejos. O lo que es lo mismo, resulta más fácil capturarlo.

Pero también lo es que "la luna llena y la basura del fondo marino no nos ayudan en nada", reflexiona Otero.

Cuando habla de "basura" se refiere a la gran cantidad de algas acumuladas en las zonas de pesca, ya que "en las últimas semanas no se produjeron temporales fuertes que pudieran sacar esa basura hacia la costa, y por tanto sigue acumulada en los lugares donde debe estar el centollo".

Lo que quiere decir es que "cuando hay demasiada cantidad de 'lixo' en el fondo, es eso y no centollo lo que pescan los 'miños', que además sufren un deterioro importante". Y de esto concluye: "No es que las condiciones sean malas del todo, pero desde luego, tampoco nos son favorables".

Por fuera de Sálvora

Como otros muchos, él fue uno de los "centoleiros" que ayer se hicieron a la mar desde el puerto base para dirigirse hacia la boca de la ría de Arousa y largar sus aparejos una vez superada la isla de Sálvora, ya en la plataforma continental. Eso fue, también, lo que hicieron los pescadores de otras rías. Unos y otros desafiaron al mal tiempo para adentrarse unas millas en el Atlántico en busca de las mejores áreas de pesca.

"Largamos los aparejos en distintas zonas porque los primeros días son de prueba o tanteo; hay que ir buscando el lugar en el que se esconde el centollo, pues de este modo sabremos dónde puede haber más y nos centraremos en esos lugares durante las siguientes jornadas", reflexiona el patrón mayor.

Confirma, asimismo, que ayer "salió a faenar toda la flota de O Grove, y parece que toda la de Rías Baixas", donde se asientan 570 de los 919 barcos autorizados en toda Galicia para el manejo del "miño".

Y salieron a pesar de lo embravecido que parecía el mar, con un intenso viento y fuerte oleaje. Pero el sector está acostumbrado a eso y mucho más, por eso este experimentado marinero le resta importancia diciendo que "no era mar de fondo, sino mar de viento, y por tanto se podía trabajar bien".