María Dolores Valladares Torres es la directora del Talaso Louxo La Toja. Y pocos como ella pueden hablar de la evolución de este hotel de cuatro estrellas, ya que forma parte de su plantilla desde hace 26 años. Además pasó por prácticamente todos los puestos posibles, ya que empezó como camarera de pisos.

"Lo cierto es que he vivido toda la evolución del hotel, especialmente desde la profunda remodelación de las instalaciones que en marzo de 1993 permitió inaugurar 20 habitaciones más, para llegar a las 116", explica la directora, que en 1995 había sido ascendida a camarera de restaurante y año y medio después se convirtió en subgobernanta, desempeñando labores de supervisión y coordinación.

Esta mujer, que entre 1997 y 2004 se ocupó de "la organización, coordinación, supervisión, elaboración de los presupuestos anuales y decoración del Louxo", recuerda, igualmente, como con la entrada del nuevo siglo el hotel reformaba de nuevo 96 de sus habitaciones, "incluyendo en ellas la terraza exterior" y logrando así alojamientos "más amplios y cómodos, adaptados para familias".

En aquella época el hotel realizaba otra obra "muy importante", como fue la del centro de talasoterapia, que "marcó un antes y un después" en el volumen de comercialización del establecimiento.

De este modo pasó de atravesar "unos meses muy difíciles en temporada baja" a lograr "un importante incremento de clientes con dicha apertura, ya que favoreció la desestacionalización de la oferta turística".

La que desde 2004 fue coordinadora general del hotel y responsable de Recursos Humanos, antes de convertirse en su directora -en 2015-, añade que la comercialización de este cuatro estrellas "ha ido evolucionando en base a las nuevas tendencias y necesidades de los consumidores, pero sobre todo, teniendo en cuenta los nuevos modelos de operadores turísticos y el papel de Internet".

Y es que la red, aclara, "nos brindó la posibilidad de llegar a una mayor audiencia en tiempo real y de poder mantener una comunicación más directa con nuestros clientes, incluso antes de su llegada". Es por ello que "las reservas se han convertido en auténticas experiencias", asevera Valladares.

Aprovecha para resaltar que O Grove y la ría "nos permiten ofrecer una gran variedad de posibilidades que hacen que las vacaciones de nuestros clientes sean una experiencia única e inolvidable".

Y termina diciendo que su hotel "trabaja para estar en continua evolución y atender las nuevas tendencias del mercado, con una mirada siempre en el futuro y sin olvidar la esencia que lo ha convertido en un referente durante medio siglo de actividad".