Los trece soldados del Ejército de Tierra que durante el próximo verano austral -desde mediados de noviembre hasta principios de marzo- van a protagonizar la XXXIII Campaña Antártica de España en la base Gabriel de Castilla, en isla Decepción, ya se preparan en O Grove.

Hasta el viernes realizan todo tipo de ejercicios en aguas de Pedras Negras y O Espiño, en San Vicente de O Grove. Llevan a cabo, como se apreciaba ayer, maniobras y simulacros como los de "hombre al agua", preparándose así para actuar en caso de que se produzca algún accidente durante su estancia en el continente helado, donde van a tener que enfrentarse a una sensación térmica de hasta 25 grados bajo cero y vientos que pueden alcanzar los 120 kilómetros por hora. Un lugar, dicho sea de paso, donde España desarrolla importantes proyectos científicos, siendo estos militares el apoyo y la protección que necesitan los investigadores.

En este quinto año consecutivo de preparación en O Grove participan soldados procedentes de unidades ubicadas en Madrid (5), Zaragoza (3), Sevilla (2), Valencia (2) y Albacete.

Se trata de tres valencianos, otros tantos madrileños, dos andaluces, un aragonés, un castellano-leonés, un catalán, un extremeño y un suizo afincado en Aragón.

No son otros que el comandante Joaquín Núñez, que está al frente de la expedición; la comandante Julia G. Marsilla, en el área de Logística; el capitán Andrés Villoria, responsable de Sanidad; la capitana Marina S. Cinca, en Medio Ambiente; el capitán Óscar Araújo, Movimiento y Navegación; el capitán Manuel Landáburu y la sargento 1ª Vanesa Alcón, en Comunicaciones; brigada José Pardos y el sargento Ricardo Del Real, en Motores; el brigada Alberto Galán y el sargento 1º Tomás Zamora, encargados de Instalaciones; el cabo 1º Roberto Encinar y el cabo Marcos D. Rambla, al frente de Alimentación.

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La preparación en O Grove de la Campaña Antártica del Ejército de Tierra

Organizada por el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, esta expedición permitirá "mantener la presencia física del país en el territorio antártico en cumplimiento a los acuerdos suscritos por España en el marco del Tratado Antártico y sus Protocolos", además de "colaborar en las labores de investigación científica realizadas en la isla Decepción y en aquellos otros lugares del territorio antártico que se determinen".

Como se indicaba hace días en FARO, también son objetivos de los militares desplazados a la Antártida "mantener en adecuadas condiciones de uso las instalaciones, material y equipo de la Base Antártica Española (BAE) Gabriel de Castilla para el desarrollo de los trabajos de investigación y experimentación".

Sin olvidar el desarrollo de "proyectos de investigación y experimentación para el Ejército de Tierra" y la posibilidad de "dar a conocer a la sociedad en general, al mundo científico y a la institución militar, en particular, la presencia y actividades del Ejército de Tierra" en aquella inhóspita región.

Puede recordarse, asimismo, que isla Decepción se sitúa en el archipiélago de las Shetland del Sur, a escasos cien kilómetros del continente antártico, a más de mil del lugar poblado más próximo y a 13.000 kilómetros de España.

Para llegar a este territorio es necesario cruzar "el temido Mar de Hoces, conocido también como Paso de Drake, entre el extremo más meridional de América del Sur y la Antártida", explica el Ejército.

Se hace "aprovechando los espacios entre las borrascas que continuamente lo azotan" y utilizando para ello al buque de investigación oceanográfica "Hespérides", operado por la Armada Española y que constituye "la garantía de apoyo a las bases españolas" en aquella región.