La ensenada de Porto Meloxo y Punta Moreiras se vio afectada esta semana por un vertido procedente de una industria cercana. Resultó ser agua mezclada con pintura de color rojo, procedente de los trabajos de pulido del suelo en una nave industrial cercana al mar. Aunque trascendió ayer, parece que se produjo el martes, se controló la situación de inmediato y se dio con el origen el miércoles.

Todo indica que ha sido posible salvar la flora y la fauna en el entorno del puerto de Meloxo, pero sobre todo se logró evitar que el vertido afectara a los importantes bancos marisqueros de la zona.

Fue posible gracias a la inmediata reacción de pescadores y mariscadores, que incluso alertaron al 112, pero sobre todo se evitaron males mayores gracias a la rápida intervención del Concello de O Grove y a la eficaz investigación abierta desde el primer momento por el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil.

Preguntada ayer por este vertido, la concejala de Medio Ambiente, Ángeles Domínguez, destacó también la rápida e importante participación de los agentes del Seprona antes de detallar que el Servicio Municipal de Emergencias fue informado del vertido por el 112 en la tarde del día 9.

Inmediatamente se activó el protocolo correspondiente, en el que se implicó también la Policía Local. Más tarde, cuando el vertido había cesado, llegó también personal de Augas de Galicia.

Se comprobó que el vertido salía al mar por una tubería de canalización de aguas pluviales al lado del pantalán flotante situado frente a los bancos marisqueros.

A primera hora de la mañana del día 10 comparecieron los guardias civiles para realizar la oportuna investigación en colaboración con la concejalía de Medio Ambiente. Se procedió a analizar toda la red de pluviales del entorno, se estudiaron en detalle, y casi empresa a empresa, posibles puntos de origen del vertido y se levantaron las tapas de los sumideros "siguiendo la pista" de aquel vertido de color rojizo.

De este modo el Seprona llegó hasta una nave que está siendo reformada y localizó el más que probable origen de aquel foco contaminante: agua tintada de pintura roja procedente de los trabajos de pulido de una superficie de hormigón.

Los responsables de la empresa admitieron que al lavar el piso de la nave enviaban las augas resultantes hacia un sumidero que se encuentra dentro de sus propias instalaciones cubiertas, tal y como indican en el Concello.

La Guardia Civil, empleando un colorante amarillo totalmente inocuo que depositó en las mismas tuberías, comprobó el recorrido que había podido realizar el vertido el día anterior. Así constataron que el vertido avanzó desde allí a una arqueta ubicada también en la propiedad, antes de la salida de la red a la vía pública, para continuar su recorrido hasta acabar en el mar.

Aclarado esto, la concejala Ángeles Domínguez resalta que "gracias a la actuación efectiva y la implicación del Seprona los bancos marisqueros de la zona están supervisados y controlados para que no se produzcan más episodios de esta índole que puedan dañar al ecosistema marino".