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La situación económica en O Salnés y Ullán

El empleo autónomo vuelve a los números rojos en Arousa por el colapso del comercio y la hostelería

La comarca cuenta con algo más de 9.100 trabajadores por cuenta propia, medio centenar menos que hace un año -El presidente de UPTA, Eduardo Abad, urge a apostar por la industria y las profesiones tecnológicas

Eduardo Abad, a la derecha, en una reciente visita a una concesión marisquera de A Illa. // Iñaki Abella

Mientras el empleo por cuenta ajena ha mejorado lentamente en O Salnés, no ha sucedido lo mismo con el autónomo. De hecho, durante el pasado año 2018, el número de trabajadores por cuenta propia ha bajado en 30 efectivos en Arousa. El descenso es especialmente acusado en poblaciones como Vilagarcía u O Grove, y el presidente de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad, vincula estos datos con el colapso de sectores como los del comercio y la hostelería.

Con un tejido industrial raquítico, la economía de O Salnés depende mucho del sector servicios, y especialmente del comercio y el turismo. En los peores años de la crisis, además, fueron muchos los que al quedarse sin trabajo en sus empresas decidieron reinventarse y abrieron tiendas, bares o restaurantes. Muchos de ellos fracasaron en pocos meses.

Eduardo Abad Sabarís está convencido de que hoy en día tanto el comercio tradicional como la hostelería están "agotados" en O Salnés, y anima a los emprendedores a explorar nuevos caminos. Pero, eso sí, plantea que también los políticos tomen medidas a largo plazo. "Políticas como las tarifas planas en la cuota de autónomos o las bonificaciones no son la solución. El objetivo debería ser invertir el dinero público en acciones que den frutos en el futuro".

Una de las propuestas del vilagarciano que preside UPTA es la de diseñar un mapa de titulaciones en Formación Profesional y el Bachillerato muy enfocado tanto a las profesiones tecnológicas y técnicas, como a las necesidades reales de la industria de cada territorio. La meta, afirma Abad, es que los niños y adolescentes de hoy, sean dentro de unos años profesionales muy bien formados en sectores como la electricidad, la instalación de automatismos o el aprovechamiento de las llamadas energías limpias, como la solar o la eólica.

Lo contrario, cree él, es resignarse a seguir asistiendo a un constante goteo de pérdida de autónomos, y a presenciar la muerte prematura de negocios en los que sus responsables aventuraron el dinero de sus indemnizaciones por despido o de un crédito bancario. "Lo que está pasando ahora es que hay gente que abre negocios sin la suficiente formación en lo que va a hacer. Hoy vemos un local cerrado, y al día siguiente abre con otro gerente, pero lo más normal es que no tardemos mucho tiempo en volver a verlo cerrado".

Para Abad, son malos tiempos para el comercio y la hostelería convencionales, no solo porque haya ya muchos establecimientos de este tipo, y por la caída del consumo, sino también por tendencias sociales difíciles de cambiar. "Para los negocios de toda la vida es imposible competir contra el sector low cost y contra las rebajas permanentes. Antes, la Ley de Comercio fijaba perfectamente las fechas de rebajas, pero ahora vale todo. Por otra parte, las compras por internet y a través de plataformas tecnológicas crecieron el año pasado un 12 por ciento. En cambio, las ventas en el pequeño comercio solo subieron un uno por ciento".

Por ello, el arousano aboga por tomar decisiones ambiciosas y a largo plazo. Una de las medidas que en su opinión podría ayudar al comercio tradicional sería, "la creación de agrupaciones de interés económico local", que permitiría a las tiendas comprar más barato y, de ese modo, ser también más competitivos en sus precios.

El número de autónomos también bajó en Galicia en 2018 (se cerró el ejercicio con casi 1.700 cotizantes menos), mientras que en la provincia de Pontevedra el año terminó con casi 300 más.

Datos por municipios

En Vilagarcía había a 1 de enero pasado, 2.280 autónomos, 21 menos que a principios de 2018. Abad recuerda que hace apenas una década, en la capital arousana había casi 3.000 trabajadores por cuenta ajena. "A nivel de comarca se ha producido una caída paulatina. O Salnés ha perdido en esta década unos 5.000 cotizantes. Solo el año pasado, se dieron de baja 400 autónomos del mar". En total, entre O Salnés y Ullán hay en torno a 9.100 trabajadores por cuenta propia.

El balance de 2018 también fue negativo en O Grove, que cerró el ejercicio con 850 autónomos, 17 menos que el año anterior; Pontecesures tiene 187 (cuatro menos); Sanxenxo perdió dos, y terminó el año con 1.560; y A Illa tenía a 1 de enero 225 cotizantes, uno menos que en la misma fecha de 2018.

En Catoira y Vilanova tienen el mismo número que hace un año (176 autónomos en el primer caso, 829 en Vilanova); y, finalmente, las cifras crecieron en los demás municipios. En Cambados hay 1.184 (uno más que en 2018); en Meaño 556 (tres más); en Ribadumia 453 (seis más); en Meis, 419 (dos más); y en Valga hay 333, tres más.

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