La mayoría de los cazadores de O Salnés ya se han resignado a que la presente temporada de caza menor será un desastre. Ya se temían que no sería buena, puesto que a partir de septiembre, empezaron a notar como la enfermedad vírica había hecho estragos en los conejos de sus montes, y los primeros días de la temporada -que empezó el 21 de octubre- se confirmaron los malos augurios. Pero algunos aún tenían la esperanza de que la escasez de caza se debiese a que los perros no eran capaces de seguir bien el rastro de las presas por culpa del tiempo seco y caluroso. Sin embargo, tras las cinco primeras jornadas, y tras haber hecho su aparición la lluvia, ya no hay margen para ese hilo de esperanza.

"Se confirman las malas expectativas. Murió muchísimo conejo. Incluso ha entrado algo de mixomatosis, pero lo que realmente hizo daño fue la vírica. El conejo ha desaparecido casi por completo", afirma apesadumbrado Rafael Otero, que es el presidente de la sociedad O Corazón do Salnés, de Meaño.

Meaño es uno de los colectivos que acordó no cazar con escopeta los jueves -excepto aquellos que cuadren en festivo-, como medida para reducir la presión cinegética sobre los conejos. Tampoco Armenteira, en Meis, suben por la semana. En otras sociedades, como las de Catoira y Valga ni siquiera empezaron la campaña.

Rafael Otero afirma que los aficionados se sienten muy desanimados. "Te pasas el año trabajando para hacer las cosas lo mejor posible, y al final entra la enfermedad y en unas semanas te mata todo", lamenta. Por ello, el presidente de la sociedad meañesa considera que las administraciones públicas deberían implicarse más con los cazadores. "Creo que sería necesario que se hiciesen algunos estudios científicos para saber por qué entran esas enfermedades o para saber como las podemos combatir. Algún tipo de vacuna efectiva tendrá que haber", plantea.

Además, Otero anima a los poderes públicos a echarles una mano mediante la mejora de la formación. "Sería bueno que nos diesen unas charlas para explicarnos la mejor forma de preparar el hábitat, de adaptar los conejos de las repoblaciones".

Y es que, en su opinión, si la tendencia actual no se invierte, la mayoría de la gente colgará la escopeta o se pasará a la caza mayor, dejando que la menor se extinga.

El Xiabre

Aunque el sentimiento generalizado en O Salnés y Ullán es la de que este año pasará a los anales como uno de los más infaustos para el sector, hay zonas en las que van capeando el temporal.

Es lo que sucede por ejemplo en O Xiabre y O Pousadoiro, donde los socios de Karsita "vamos aguantando", en palabras del presidente de esta sociedad, Jesús Beloso. "Hay gente que llegó a levantar en un día más de una docena de piezas", añade.

Es más, cree que a partir de ahora incluso se verá más caza en los montes, dado que con el frío y la humedad a los perros les serán más sencillo seguir el rastro de las presas. En opinión de Beloso, la clave de que la campaña cinegética en su Tecor -territorio cinegético ordenado- esté siendo pasable se debe sobre todo al hábitat. "Tenemos un tipo de monte que se adapta perfectamente a lo que necesita el conejo. Hay partes de O Pousadoiro donde se repuebla él solo".

Sin embargo, resta importancia al hecho de tener un criadero propio. "Gracias a él ahorramos mucho dinero, pero a la hora de la verdad, cuando la peste llega al monte no hace distinciones".