La presencia de un quad en un espacio natural tan frágil como es el islote Areoso ha indignado en A Illa, cuyo Concello se ha marcado como objetivo identificar al conductor del vehículo. Carlos Iglesias, alcalde del municipio, ha contactado con el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil para poner en marcha una investigación que permita sancionar duramente al individuo ya que "no estamos dispuestos a consentir este tipo de actitudes que muestran un total desinterés por el respeto a un espacio natural de la importancia del islote".

El quad en cuestión es un vehículo anfibio que el pasado jueves se paseó por la duna de Areoso ante la sorpresa de los bañistas que se encontraban allí. Su presencia ha despertado una gran indignación en A Illa, donde son conscientes del daño que viene experimentando el islote desde hace décadas, lo que ha provocado que la duna de la zona norte haya emprendido un camino irreversible hacia su desaparición. Aunque llamativa, el quad paseando por Areoso es la imagen paradigmática de las agresiones que sufre el islote cada verano, soportando la presencia de cientos de bañistas y embarcaciones. Un porcentaje importante de ellos no respetan las normas de protección fijadas, es decir, respetar las boyas perimetrales y no atravesar el vallado de las dunas. Entre los que están provocando más problemas en los últimos tiempos se encuentran las motos de agua, que atraviesan la zona boyada a gran velocidad, poniendo en riesgo a los bañistas, además de varar, en la mayor parte de las ocasiones, en la playa. Concello y Cofradía también han contactado con la Guardia Civil del Mar y con el Servizo de Conservación da Natureza, de la Consellería de Medio Ambiente, para que incrementen la vigilancia y sancionen a todo aquel que no cumpla las normas. Eso supone multas que pueden alcanzar los 6.000 euros al estar consideradas estas infracciones como muy graves.

Al igual que en años anteriores, los vigilantes de la Cofradía de A Illa se han encontrado con actitudes de todo tipo, desde aquellos que reconocen que desconocían las normas pero que no dudan en asumirlas cuando se las explican, como los que muestran actitudes desafiantes y se niegan a retirar la embarcación de la playa. Además, el pósito se ha encontrado con que una de las boyas perimetrales ha desaparecido y otra fue desplazada varios centenares de metros, algo que ya se ha intentado corregir.