Los semáforos de A Pantrigueira se han convertido en objeto del odio de todos los conductores que han escogido A Illa para disfrutar de la playa o de las fiestas gastronómicas que se celebraron este verano. Desde que han comenzado a funcionar, los semáforos han sido responsables de gran parte del colapso que se ha registrado en la PO-307, tanto a la ida hacia las playas como a la vuelta.
Es por ese motivo que el regidor de Vilanova, Gonzalo Durán, va a contactar con la Consellería de Infraestructura para buscar fórmulas que eviten que los semáforos, instalados para garantizar la seguridad viaria en la zona, acaben provocando un serio problema en el tráfico. Una de las propuestas que está valorando Durán es la instalación de un sensor para los vehículos que salen desde A Pantrigueira y San Roque do Monte. "Es un sistema que se utiliza en otros puntos y que puede evitar que se creen grandes colas a la salida de las playas, ya que solo cambiaría a rojo cuando hubiese vehículos esperando a salir desde los viales adyacentes", explicaba ayer el regidor.
También se valora la posibilidad de que, durante los fines de semana del verano, se apaguen los semáforos para que el tráfico pueda fluir sin problemas. "Lo que está claro es que no vamos a pedir el desdoblamiento de esa carretera para cuatro días al año, pero sí somos conscientes de que hay que implementar alguna medida para que esto no se acabe convirtiendo en un infierno que atrapa a todos los conductores", explicaba ayer el regidor.
La propuesta de utilizar viales alternativos a la PO-307 reconoce el propio regidor que no ha funcionado en absoluto. "No sé lo que pasa, porque la gente, salvo las personas que conocen esos desvíos, prefiere quedarse atrapada en el interior del atasco, cuando es muy sencillo coger uno de esos viales, y a través del GPS, llegar a tu punto de destino", exclamaba sorprendido ayer Durán.
Aunque siempre han sido un problema durante el verano, este año los atascos para entrar o salir de A Illa en las horas punta están siendo descomunales. Tanto en las jornadas festivas del verano como durante los fines de semana, han sido cientos los vehículos que se han quedado atrapados en una caravana que iba desde la rotonda de Cardalda en Vilanova, hasta las vallas del parque de Carreirón. El pasado domingo, la salida de A Illa resultó muy complicada, con varios kilómetros de retenciones en el interior del casco urbano y una larga cola en todas las zonas donde hay playas.
