El salón de actos del colegio Sagrada Familia Filipenses se ha convertido en las últimas horas en un selecto museo de calabazas ambientadas en el Samaín. En ello ha tenido mucho que ver la implicación mostrada por los alumnos y sus familias a la hora de integrar una exposición que este año ha superado las doscientas unidades.

La imaginación ha sido la herramienta fundamental de todas las elaboraciones artísticas. Incluso hubo muchas de las creaciones que no se han centrado en el Halloween sino en motivos muy variados como el fútbol, los superhéroes, personajes Disney o Star Wars.

El atrezzo también dejó un importante campo de acción. Para ello se utilizaron aderezos como arañas de plástico, pinturas de todo tipo y complementos varios como velos, narices de plástico o sombreros.

La visita de los alumnos, profesores y padres del centro escolar vilagarciano se ha convertido en materia casi obligada durante los dos últimos días. Las calabazas, convenientemente identificadas con letreros que mostraban a su propietario, permanecerán expuestas toda esta semana para luego entregarse a cada uno de sus creadores.

La numerosa participación de los padres en la edición de este año ha puesto incluso a prueba la capacidad del salón de actos ante tanta calabaza.