La etiqueta de "droga blanda" que tiene el hachís puede estar haciendo más daño del que se cree. Así lo opina al menos la directora del SPAD de Vilagarcía, Blanca Vázquez, quien alerta sobre el elevado número de adolescentes que están acudiendo al servicio debido a su adicción al cannabis. Y avisa de que no se trata de una droga tan inocua como a veces se piensa. "A determinadas edades, el hachís puede tener una repercusión directa a nivel neurológico y puede ser un disparador de enfermedades mentales graves".

Ayer se celebró el Día internacional de la lucha contra el uso indebido y el tráfico ilícito de drogas. En O Salnés, la Fundación Galega contra o Narcotráfico (FGCN) celebró una actividad en la Praza do Concello de Cambados, consistente en la lectura de un manifiesto, en una suelta de globos blancos y en la colocación de una tela sobre la cual vecinos y autoridades pudieron dejar por escrito sus reflexiones sobre las drogas. Porque un aspecto en el que hicieron mucho hincapié los representantes de las autoridades allí presentes es que por mucho que el temor de la sociedad a los estupefacientes se haya relajado tras el ambiente de pánico de los años 80 y 90, estos siguen haciendo mucho daño.

Así lo atestigua Blanca Vázquez. La directora del Servicio Preventivo Asistencial de Drogodependencias (SPAD) apunta que el centro de Vilagarcía recibe cada vez a más personas jóvenes que toman hachís, "y que presentan trastornos mentales asociados". A menudo proceden del servicio público de Psiquiatría.

"En la calle se está produciendo un repunte en el consumo de hachís porque nos está entrando mucha gente joven". En algunos casos, tienen solo 15 o 16 años. Empezaron a tomar cannabis con la idea de que es una "droga blanda", pero la directora del SPAD de Vilagarcía avisa de que a veces las apariencias pueden ser engañosas. "Hay que tener cuidado con el hachís, y no solo porque pueda ser la puerta al consumo de otras sustancias aún más peligrosas".

Blanca Vázquez señala que el patrón de consumo de los "porros" a esas edades suele ser diario, "y eso te limita mucho en tus actividades diarias". "El hachís limita mucho. Te hacer quedarte inmerso en pensamientos y sueños, pero eres incapaz de mover un dedo por ellos. Crea gente pasiva".

La directora del Servicio Preventivo Asistencial de Drogodependencias avisa de que el peligro es especialmente acusado con los menores de edad y los jóvenes. "El cerebro no está completamente formado hasta la edad adulta. Antes de eso no se debería tocar el hachís", remachó.

Blanca Vázquez apunta que el número de pacientes ha aumentado "de una forma importantísima" en Vilagarcía, pero aclara acto seguido que no por ello se puede concluir de forma directa que haya más consumo de narcóticos en la calle. "Por un lado puede influir que el servicio vaya siendo poco a poco más conocido. Y también afecta mucho que desde hace dos años estamos integrados funcionalmente en el Sergas".

Esto supone que cuando un médico de familia, un cardiólogo o un especialista del aparato digestivo, por citar tres ejemplos, ven a un paciente con una patología avanzada que puede estar relacionada con el consumo de drogas, lo pueden derivar al SPAD. Pero hasta hace apenas un par de años no se hacía así.

Eso, por ejemplo, ha propiciado que en Vilagarcía se haya producido "un aumento muy importante de los tratamientos por alcohol. Es sobre todo en gente de más de 50 o 60 años que ya sufre patologías orgánicas severas. Pero antes de la integración en el Sergas casi no atendíamos ningún caso de alcohol", plantea.

Cocaína y heroína

La directora del SPAD de O Grove, Ana María Caneda, explica que de los 187 pacientes que tienen actualmente, 128 están siendo tratados por adicciones a drogas ilegales, mientras que los 59 restantes acudieron por alcohol o tabaco. "En los últimos años vemos un incremento de la demanda de tratamiento de pacientes con problemas de alcohol y cocaína, y menos de heroína", apunta.

Durante los últimos cinco años, el SPAD grovense registró una media de 228 pacientes diferentes por año. Se trata de personas que comenzaron algún programa de tratamiento o que lo retomaron tras haberlo dejado durante al menos medio año.

En Vilagarcía, finalmente, señalan que "las consultas por cocaína se mantienen, y de heroína hay poquísimas nuevas".