Arcade, Vilaboa, Pontesampaio, Cesantes, A Illa de Arousa, O Grove... En las últimas semanas los puertos pesqueros de la provincia han sido el escenario de diversos robos en embarcaciones que dejan un doble perjuicio para sus dueños. Al quebranto económico que ya de por sí supone la sustracción y los daños que causan los ladrones se une el hecho de que muchos de los marineros observan cómo se ven privados de su medio de vida durante un tiempo, hasta que pueden reponer los objetos sustraídos, algunos de ellos de no escaso valor, como pueden ser los motores de sus naves.
La situación "preocupa y mucho" a la Federación de Cofradías de Pontevedra, cuyo presidente, el patrón mayor de Portonovo, José Antonio Gómez, confirmó este incremento de los robos que están sufriendo las embarcaciones pesqueras en las últimas semanas. Está problemática ya ha provocado que la propia Federación de Cofradías haya mantenido una reunión el pasado lunes con los responsables de Portos de Galicia con el objetivo de buscar una solución que Gómez ve "bastante complicada". Y es que desde Portos también se mostraron sensibles hacia esta problemática y de hecho se tomaron algunas medidas como la instalación de cámaras de vigilancia en algunas zonas portuarias. El problema es que la presencia de estos dispositivos de seguridad tampoco parece alejar a los ladrones por las noches, pues toman las medidas oportunas para no ser detectados. Desde Portos han recordado recientemente que además corresponde a las fuerzas del orden garantizar la seguridad en estos recintos portuarios, sin perjuicio de las medidas complementarias que puedan tomar desde este organismo y que se están estudiando en los puertos más conflictivos.
En este sentido, Gómez señaló que uno de los pasos a seguir parece que será solicitar también más colaboración a otras Administraciones, como los Concellos de los Puertos afectados o la Subdelegación del Gobierno, para mejorar la seguridad en las instalaciones portuarias.
El presidente de la Federación de Cofradías de Pontevedra confirmó que uno de los principales problemas de este tipo de delincuencia ya no es solo la sustracción de motores, artes de pesca o material electrónico que puedan llevarse de los barcos, "sino los destrozos que causan y que muchas veces dejan a los marineros sin poder utilizar sus naves".
Los motores fueraborda están siendo uno de los botines preferidos de los amigos de lo ajeno. Pero, ¿dónde acaban estos motores robados? "Eso quisiera saber yo", responde el presidente de los pósitos pontevedreses. "Lo más probable es que acaben siendo despiezados para ser vendidos de esta forma, dado que es muy complicado que puedan ser instalados en otro barco de pesca, pues se nos exige tener toda la documentación en regla sobre la compra y origen del motor y su montaje, y cada barco tiene su propio caballaje", explica Gómez. Otra posibilidad es que puedan acabar en barcos dedicados a otras actividades, como los de recreo, sobre los que el control y las exigencias por parte de las autoridades es menor.
