Un sistema de citas con tarjeta en Oncología expone a los enfermos a esperas de hasta tres horas

Las demoras enfrentan a diario a los pacientes con el personal sanitario | La dirección del CHOP lo niega y afirma que se mantienen los tiempos “para mejorar la atención”

La sala de espera para entrar a quimioterapia en el Hospital Provincial, completamente llena.

La sala de espera para entrar a quimioterapia en el Hospital Provincial, completamente llena. / FdV

No ha ocurrido ni una vez ni dos, sino que la situación se repite casi a diario de un tiempo a esta parte: los pacientes que acuden al servicio de Oncología para recibir quimioterapia en el Hospital Provincial de Pontevedra tienen que esperar entre dos y tres horas antes de entrar a la sala de tratamiento. ¿Qué ocurre para que se produzca una demora tan exagerada y por qué no se le pone fin? Los enfermos y familiares terminan enfrentados con el personal que les atiende (médicos y enfermeras) y desde la dirección del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés se niegan dichos retrasos, aunque FARO ha podido hablar con algunos de los afectados que se encuentran actualmente en tratamiento oncológico.

Todo es culpa del sistema que utilizan, que es con unas tarjetitas de papel con colores que varían según el tipo de cáncer: el rosa para el de mama, el marrón para el de colon... Tienes que entregarla cada vez que acudes, porque así controlan las sesiones a las que vas, pero el problema es que no es digital, sino una simple fotocopia, de lo más arcaico, por lo que el tema de la hora y el orden de llegada no se cumple”, explica un familiar de una paciente.

“Pues esas dos o tres horas, básicamente, las inviertes para entrar a junto el médico, ya que una vez que salen de allí casi entran de forma inmediata a la quimio”

Familiar de paciente oncológico

Esta tarjeta se le entrega a la enfermera al llegar a la sala de espera, en la que hay que aguardar para acudir a la consulta con el oncólogo. “La enfermera se lleva varias juntas al médico, o a veces de una en una, pero una vez que desaparecen de tu vista ya no se sabe qué ocurre, porque se monta el lío y los pacientes entran a esa consulta previa sin orden”, se queja esta persona.

Hay que recordar que antes de entrar a la sala de quimioterapia los médicos reciben a los enfermos de cáncer para valorar su estado y confirmar si están aptos para el tratamiento. “Pues esas dos o tres horas, básicamente, las inviertes para entrar a junto el médico, ya que una vez que salen de allí casi entran de forma inmediata a la quimio”, indica otro familiar. “Yo lo que sospecho es que en la consulta se desordenan las tarjetas, a través de las que se llama a los pacientes, y entonces pasan cosas como que una persona que llegó a las nueve de la mañana entre más tarde que otra que llegó a las once”, se lamenta.

Nerviosos y preocupados

El malestar de las familias aumenta porque critican que “no es posible que la sanidad pública no tenga en cuenta que se trata de una enfermedad muy dura y que los pacientes ya llegan lo suficientemente nerviosos como para aún encima tener que esperar tantísimas horas antes de entrar”. “Por su cabeza pasan muchísimas cosas durante ese tiempo”, recuerdan.

Respuesta del área sanitaria

Consultada la dirección del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés sobre esta problemática en Oncología, ha respondido a FARO que “este servicio hospitalario no tiene ninguna demora por ninguna organización interna nueva”.

“Puntualmente, como en cualquier otra circunstancia, el viernes pasado existieron demoras por la intervención necesaria en un paciente que, durante su estancia, presentó una situación de emergencia”, añaden dichas fuentes.

“Es cierto que la reorganización del servicio de Oncología existe, manteniendo los tiempos de asistencia, encaminada, precisamente, a la mejora de la atención”, concluyen en su respuesta oficial.

En cualquier caso, tal y como ha podido saber este periódico, desde hace unos días se ha ampliado la zona de consultas y esperas a otras dos zonas diferentes de la habitual en el propio Hospital Provincial, lo que ha aliviado el embudo de personas, pero no las esperas. “El problema fundamental es que quieres protestar y no tienes con quién hablar”, matizan los familiares de enfermos.

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