"No oí frenazos, ni derrapes; fue un golpe seco", explica una testigo del accidente mortal de Marín

Dolores Boullosa tiene su farmacia a escasos metros del lugar del trágico siniestro

Conmoción en Marín por la muerte de dos jóvenes en un brutal choque frontal entre vehículos

Julio Santos Álvarez

“Estaba en casa a esa hora, oí un golpe seco, salí a la ventana y ya vi el accidente. No oí frenazos, ni derrapes, ni nada, fue un golpe seco”, explica María Dolores Boullosa, farmacéutica del lugar de Coirados, donde en la noche de ayer perdieron la vida en un accidente de tráfico dos chicos de Marín, Brais Sestelo y Rubén Farto, de 17 y 16 años.  

“Vi en la curva los coches parados y yo no bajé porque no valgo para esas cosas, bajó mi marido para ver si podía ayudar en algo mientras mi hija llamaba al 112”, añade esta mujer, una de las testigos más inmediatas del siniestro, cuya farmacia se encuentra a unos metros de la curva de la PO-313 donde ocurrió el accidente.

Otros vecinos del lugar también salieron de sus casas para intentar ayudar y “vi desde la ventana que sacaban una persona fuera del coche, que la dejaban en la carretera y después trataban de sacar a alguien más que estaba dentro, no quise mirar más”, explica Boullosa. Minutos después llegó la Policía Local de Marín y “dos o tres ambulancias”, añade esta vecina, quien apunta que en el momento en que se produjo el siniestro no llovía ni el tráfico era particularmente denso.

Tanto esta mujer como otra vecina de la zona recuerdan que no es el primer siniestro mortal que se cobra esta curva de Coirados.