El bacalao, un clásico de la Navidad que no podía faltar

La pontevedresa María Belén Ayude Couto lo vende desde hace 30 años, aunque empezó mucho antes, al lado de su madre

El bacalao en el puesto del mercado de abastos.   | // M.M.

El bacalao en el puesto del mercado de abastos. | // M.M. / Manuel Méndez

Manuel Méndez

Manuel Méndez

Cocido, ya sea con o sin coliflor, con aceite o con ajada; a la plancha o a la brasa, aunque esto es preferible en verano y no es aconsejable en un piso abarrotado de invitados; al horno, con patatas o sin ellas; o “a la portuguesa”. Son solo algunas de las formas de preparar uno de los platos estrella de la Navidad, el bacalao.

La vendedora pontevedresa en la plaza vilagarciana. |   // M.M.

La vendedora pontevedresa en la plaza vilagarciana. | // M.M. / Manuel Méndez

Sale esto a relucir después de que en los últimos días se hablara de lo caro que están pescados y mariscos, con almejas, berberecho, camarón, percebe, bogavante, nécoras y otras viandas similares a precios que, en algunos casos, pueden tildarse de prohibitivos.

Tanto es así que en octubre algunas especies alcanzaron en determinadas lonjas cotizaciones más altas que las marcadas en las Navidades de 2022, de ahí que muchos se pregunten “dónde vamos a ir a parar” y, sobre todo, “¿qué vamos a cocinar esta Navidad?”.

Pregunta a la que trataron de responder los carniceros arousanos, que a través de FARO reivindicaron la calidad, variedad y precio de sus productos, presentándolos como una alternativa navideña a pescados y mariscos.

Y claro, en este debate no podía faltar el bacalao salado, que aún siendo un pescado, poco o nada tiene que ver con lenguados, rodaballos y demás artículos de venta fresca que contribuyen a encarecer la cesta de la compra.

Con el bacalao salado hay que hacer un apartado especial, ya que se trata de uno de los productos que antaño era casi obligado poner a la mesa en las señaladas fechas navideñas.

Por eso los consumidores ya han empezado a comprarlo, ya sean en hojas o troceado, en plazas de abastos como la de Vilagarcía.

Allí trabaja los días de mercadillo –martes y sábados–, una vendedora tan conocida como la pontevedresa María Belén Ayude Couto, que se dedica a esto del pescado salado desde hace 30 años, aunque empezó mucho antes, al lado de su madre

La suya es una vida tan salada como ajetreada, ya que además de vendedora en la plaza vilagarciana lo es en Pontevedra, donde tiene la tienda “Don Salado”. Y por si no fuera suficiente se desplaza al ritmo que marcan las ferias por localidades como Caldas, Marín y Cambados.

De ahí que la suya pueda considerarse una voz más que autorizada para hablar de las preferencias culinarias de los consumidores en Navidad. Y no duda en señalar que el bacalao volverá a jugar un papel protagonista.

Por cierto, que el precio de este producto varía dependiendo del tamaño y grosor, de la parte del pez de que se trata y de las condiciones de secado, pues cuanto más curado, más caro resulta. El sábado oscilaba entre los 9,8 y los 18,30 euros, con tarifas establecidas prácticamente de euro en euro.