Las empresas advierten: “Se construye más, pero es difícil encontrar mano de obra joven”

Se trata de un problema que se arrastra desde la crisis de 2007 | Las constructoras señalan la necesidad de dignificar la profesión | La falta de relevo generacional, una de las causas

Edificio en construcción en A Parda

Edificio en construcción en A Parda / Rafa Vázquez

C. Prieto

Contra todo pronóstico, el sector de la construcción atraviesa uno de sus mejores momentos, superando los niveles prepandemia e incluso llegando a datos anteriores a la crisis de 2007. Sin embargo, al mismo tiempo que se construye más, también es más difícil encontrar mano de obra. Es el principal problema que detectan los profesionales del Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Pontevedra (Coatpo), que analizaron la situación esta misma semana en la ciudad.

“No hay mano de obra, ni especializada ni no especializada”, constatan los responsables del Coatpo, “hay un montón de constructores que dicen que hasta dentro de un año no pueden iniciar la obra” porque carecen de plantilla. Con todo, las empresas no cierran “porque hay trabajo: te piden presupuesto para 100 obras y tú haces 20, el resto espera o se va a otra”. De hecho, desde que finalizó la pandemia, “primero pensamos que llegaría otra crisis, pero no pasó eso y en cuanto abrieron no paró de subir la demanda”, señaló el presidente del Coatpo, Manuel Rañó.

También lamentan la falta de formación reglada para albañiles. Es una de las cuestiones que más señalan los constructores: que el trabajo en la construcción no está suficientemente reconocido en España, no tanto a nivel de sueldos, sino a nivel social. “Si hubiera una escuela de cualificación que dignificase la profesión, especialmente de los albañiles, seguro que no habría tanto déficit de mano de obra”, apunta Joaquín Morgade, director de Desarrolla en Pontevedra, que apunta que “en países como Suiza, Francia o Alemania el trabajo en la construcción está mucho más reconocido que aquí”.

Esta compañía hace un tiempo que decidió crear una empresa que le administra directamente la mano de obra, sin pasar por subcontratas, por lo que no está sufriendo tanto este problema endémico del sector. “Tenemos unos 40 obreros fijos que nos permiten garantizar que se cumplen los plazos de las obras en marcha”, explican.

Pero hay un factor del que no está siendo capaz de escapar: la falta de relevo generacional. Los trabajadores tienen entre 40 y 60 años, el más joven tiene 33. “Hay dificultades para encontrar gente joven que se incorpore a estos oficios”, lamentan.

La mano de obra joven, actualmente, no es española, sino que procede sobre todo de países de Sudamérica, como Colombia y Ecuador. “Son los que pueden salvar la construcción”, señalan profesionales de la construcción consultados por FARO, que también apuntan a labores concretas como el trabajo con pladur, siendo los pasteadores principalmente marroquíes y los instaladores, sudamericanos. En este sentido, hay una demanda cada vez mayor de electricistas y fontaneros que, precisamente por esto, cada vez tienen tarifas más elevadas.

Este déficit de mano de obra no es algo nuevo, sino que se remonta a la crisis del año 2007, cuando muchos trabajadores optaron por cambiar de sector en busca de más posibilidades de trabajo y, en algunos casos, mejores condiciones.

No es el caso actual, ya que hay mucho trabajo, cada vez se construye más, y las condiciones son como las de cualquier otro empleo.

De hecho, uno de los puestos que más está costando cubrir es el de jefe de obra. “Este año se está construyendo más incluso que en 2006, pero hay menos mano de obra y peor cualificada”, concluyen los profesionales.

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Según los datos analizados por el Colegio Oficial de la Arquitectura Técnica de Pontevedra en el encuentro que celebraron el martes en la ciudad, del total de trabajo del sector en este 2023 en Pontevedra, dos tercios se corresponden con rehabilitaciones y un tercio con obra nueva.

De hecho, en estos momentos en la obra nueva se produce un ligero frenazo, mientras que las rehabilitaciones se multiplican ligadas a los fondos Next Generation, que permiten que las comunidades puedan ahorrarse entre un 20 y un 60 por ciento del coste de la obra si cumplen los criterios máximos.

En este escenario, con un sector que, según apuntan, funciona mejor en la Boa Vila que en otras grandes ciudades como Vigo, el principal reto de la construcción es el déficit de personal, pero también la falta de formación reglada para albañiles. Por otro lado, el sector lleva meses enfrentándose al encarecimiento de los materiales debido a la inflación general. En este sentido, uno de los profesionales del Coatpo señala que los precios de los materiales y de los trabajos continúan subiendo y “no sé muy bien por qué”, dado que “la energía y el transporte han bajado. Es un misterio”.

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