OCTUBRE: Mes del Cáncer de Mama

“Me lo noté yo misma, un bulto como una aceituna en el pecho derecho”

Mujeres con cáncer de mama salen a informar a la calle con una campaña de Adicam

Concha González superó un cáncer de mama.

Concha González superó un cáncer de mama. / Rafa Vázquez

Concha González, vecina de Marín de 55 años, ha superado un cáncer de mama. Ayer estuvo en una de las mesas informativas que la asociación Adicam instaló en Pontevedra con motivo del mes del cáncer de mama, octubre.

Le diagnosticaron la enfermedad a finales de 2020, aunque no comenzaría el proceso como tal hasta 2021. En un año había pasado por una intervención quirúrgica y terminado con el tratamiento.

“Lo noté yo misma. Era un bulto bastante grande, en el pecho derecho, del tamaño de una aceituna. Ya fui al médico y me derivaron. Fue bastante rápido todo, en cuestión de semanas me hicieron la ecografía y mamografía, biopsia y al mes siguiente ya tenía cita para operarme. Al martes siguiente comencé el tratamiento”, resume a FARO.

Afortunadamente, la intervención quirúrgica logró extraer toda la zona de la mama afectada, por lo que no le tuvieron que hacer mastectomía.

Se da la circunstancia de que ella ya participaba en el programa de detección precoz del cáncer de mama a través de mamografía, pero fue entre dos de estas cuando ella misma se lo palpó, lo que evidencia, una vez más, la importancia de la autoexploración de los senos por parte de la propia mujer. “Llevaba dos años haciéndolas, pero me lo encontré yo. En la última mamografía no me habían visto nada”, asegura.

“A medida que te vas concienciando la cosa cambia, porque al principio te pilla muy de repente. Lo que es muy importante es sentirte arropada, es fundamental”

Concha González

— Superó un cáncer de mama

En la familia de Concha González no había antecedentes de cáncer de mama. “Al menos que yo sepa, habría que remontarse a generaciones muy atrás”, indica.

Ahora, echando la vista atrás, se da cuenta de que “no reaccioné muy mal, igual porque soy bastante optimista, inocente; no me lo tomé drásticamente”.

“A medida que te vas concienciando la cosa cambia, porque al principio te pilla muy de repente. Lo que es muy importante es sentirte arropada, es fundamental”, confiesa.

En su caso ya conocía a las chicas de la Asociación de Persoas Afectadas de Cancro de Mama e Xinecolóxico Adicam. “Nada más tener el diagnóstico ya fui y muy bien, fueron de mucha ayuda”, manifiesta.

A nivel laboral, le ha cambiado la vida porque le han dado la incapacidad permanente revisable porque, además, tiene mucho desgaste en los huesos y, con los tratamientos, la cosa fue a más. “No estoy al cien por cien, ni al cincuenta por cien. No te quedas igual”, confiesa.

Su mensaje para una mujer recién diagnosticada de cáncer de mama es “que se lo tome día a día, porque nunca se sabe cómo va a evolucionar la cosa; no hay que agobiarse, empieza otra vida, así que a partir de cero y a vivir”.

¿Volver a trabajar?

Una de las cuestiones que más preocupan en Adicam, además de la estrictamente sanitaria, es la laboral, con los problemas que las mujeres que han superado un cáncer de mama se encuentran al recibir el alta.

“En Pontevedra Adicam trabaja desde hace algunos años y ofrece servicios gratuitos como psicología, fisioterapia, nutrición, ejercicio físico... porque lo más duro para nosotras es que una paciente pase por el diagnóstico, operación, tratamiento y no sepa que existimos”, confiesa María Martínez, trabajadora social de Adicam. “Se da un apoyo y un acompañamiento, por lo que las mesas son muy importantes para decir que estamos aquí”.

“Para Adicam una mujer diagnosticada nunca recibe el alta, porque en el cáncer de mama quedan unas secuelas: el linfedema"

María Martínez

— Trabajadora social de Adicam

“Para Adicam una mujer diagnosticada nunca recibe el alta, porque en el cáncer de mama quedan unas secuelas: el linfedema. Pierden la movilidad del brazo, se les hincha y es un problema a la hora de la incorporación laboral. Hay que darles un apoyo y estar ahí tanto para asesoramiento laboral, con tema de incapacidad; orientación porque no pueden incorporarse al puesto que tenían y porque muchas veces son mujeres solas con bajas pensiones que se quedan abocadas a la exclusión social”, se lamenta. “No podemos salvarle la vida a una mujer y después no seguir apoyando sus necesidades”.

En este sentido, Martínez recuerda que el riesgo de linfedema está presente el resto de la vida de esa mujer, “pero no se tiene en cuenta cuando se hace la valoración de discapacidad, pero sus médicos le han aconsejado que no coja pesos, que no sufra heridas en ese brazos... y muchos trabajos implica, por ejemplo, cargar pesos”.

Asimismo, la trabajadora social de Adicam destaca la importancia del apoyo psicológico que se necesita para superar un cáncer: “Es importante atender a la mujer de una forma integral”.

Una de las mesas informativas instaladas en A Peregrina.

Una de las mesas informativas instaladas en A Peregrina. / Rafa Vázquez

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Octubre, en el que se celebra el Día Mundial del Cáncer de Mama (el 19), es para Adicam “el mes más importante del año”, por la información, la visibilidad y la concienciación. “Para nosotras lo más importante es informar del trabajo de las asociaciones de pacientes cubriendo lagunas que la Administración no cubre”, recuerdan.

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