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Aquellos años del despegue turístico

Un trabajo coordinado por el catedrático de la UVigo Rafael Vallejo analiza el origen del fenómeno del turismo de masas en España hace más de sesenta años, entre 1951 y 1962

El catedrático Rafael Vallejo. FdV

El período que abarca desde 1951 hasta 1962 es mucho más importante para la historia del turismo español de lo que se ha considerado hasta ahora. Así lo defiende el último monográfico de la revista Estudios Turísticos, editada por el Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y coordinada, en esta ocasión, por el catedrático de la Universidad de Vigo Rafael Vallejo, investigador del grupo estratégico Ecobas. Eran los años de la primera etapa del Ministerio de Información y Turismo, con el ministro Gabriel Arias Salgado a la cabeza, de aprobación del primer Plan Nacional de Turismo, de la recuperación tras la etapa bélica y del surgimiento del turismo de masas, al punto que en 1962 el país ya ocupaba posiciones de liderazgo mundial.

“Botando unha ollada a longo prazo esta etapa é moito máis importante do que se desprende das visións estereotipadas ao uso, e non só estereotipadas, que asimilan o turismo en España á ‘era de Fraga’ e o ‘boom’ ou ‘milagre turística’ da década de 1960”, explica el coordinador del monográfico, volumen que cuenta con la participación de 13 especialistas en turismo de distintas universidades e instituciones.

En estos 12 años es posible identificar, como destaca Vallejo en la presentación del propio volumen, dos subperíodos. Uno de despegue turístico, hasta 1957, con un auténtico primer bum turístico si se tienen en cuenta las tasas de crecimiento del turismo y de los ingresos del turismo extranjero, superiores al 50% de media interanual. En la siguiente etapa, de 1957 a 1962, se configuró un nuevo modelo turístico, teniendo en cuenta la composición del turismo y la evolución de la capacidad y modalidades de alojamiento del país, pues fue también en esta época que formas alternativas a la oferta hotelera tradicional comenzó a extenderse (campings, apartamentos, bungalows...).

Tras una presentación general en la que el profesor Vallejo esboza las principales líneas de evolución del turismo español en esta primera fase de eclosión del turismo de masas, el monográfico incluye otros doce artículos que, desde muy diferentes ámbitos, ofrecen una imagen completa de cómo fue el cambio del modelo turístico, pasando de “país de turismo” a “país turístico”, y cómo avanza hacia “posiciones de liderazgo internacional” convirtiéndose así en “un país que tiene los ingresos turísticos como elemento clave en su modelo de desarrollo”.

La política de gestión de la red de alojamientos turísticos de titularidad estatal se centra en la segunda de las colaboraciones, de María José Rodríguez, mientras que la tercera, firmada por el propio Vallejo y la investigadora Saida Palou, se centra en el papel de los Juntas Provinciales de Turismo (como se diseñaron, cuáles eran los modelos exteriores de referencia, qué función tenían, cómo se financiaban...). La cuarta contribución, de Daniel Lanero, se centra en el turismo social y estudia la actividad de la Obra Sindical de Educación y Descanso, OSED, la institución creada por la dictadura franquista para enmarcar el ocio de los trabajadores.

El quinto artículo, de Elvira Lindoso, analiza la situación termal española al final de la Guerra Civil y su evolución en las dos décadas siguientes, años en los que, al mismo tiempo que el turismo se transformaba en un fenómeno de masas, las estancias turísticas en los balnearios “perdían en España predicamento social y médico”, lo que llevó a la mayoría de los empresarios a optar por una actividad industrial anexa, el envasado de agua, que avanzaba a buen ritmo.

A continuación, Domingo Cuéllar, José Joaquín García y Andrés Sánchez Picón abordan el papel de Renfe en los albores del bum turístico en España, desde 1941 hasta 1964, cuestión que ha sido escasamente estudiada hasta ahora. Por otro lado, también vinculada a los medios de transporte, la séptima aportación, de Carmen Gil, aborda la relación entre carreteras, automóviles y turismo durante los primeros tiempos de la masificación y, la octava, de nuevo de la mano de José Joaquín García, Domingo Cuéllar y Andrés Sánchez, analiza el papel de la aviación y los aeropuertos en la transformación de la movilidad turística.

En el caso de José Antonio García Barrero, su artículo se centra en estudiar la génesis del mercado laboral turístico de sol y playa, y Antonio Vives analiza, por su parte, la evolución de los centros de iniciativa y turismo, con especial atención a los casos del Fomento del Turismo de Mallorca, creado en 1905, y de la Unión Iniciativa y Turismo de Tarragona, fundada en 1910.

El monográfico se cierra con un artículo de Esther M. Sánchez sobre el turismo francés en España entre 1951 y 1962; otro de José Luis Sousa sobre las representaciones del espacio turístico peninsular en las guías de viaje, y otro de Xosé M. Santos sobre las fiestas, los grandes actos religiosos y el turismo en España, incluyendo ejemplos como la Semana Santa o el Año Santo compostelano de 1954 que añadía a su oferta cultural destacan importantes intervenciones en la ciudad, entre las que destaca la inauguración del Hostal dos Reis Católicos, “un establecimiento de lujo para la acogida de peregrinos ilustres”.

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