La Xunta recibió un total de nueve ofertas para ejecutar la primera fase del acondicionamiento de la carretera PO-546 entre Pontevedra y Marín, en la vía de Estribela. La actuación supone una inversión de casi 950.000 euros y se prevé que esté completada en 2023, ya que tiene un plazo de ejecución de 12 meses. El objetivo principal de las actuaciones es garantizar desplazamientos sin riesgos en la zona y que los peatones tengan más protagonismo que los vehículos y se garantice su seguridad.

Se acometerá una transformación integral con la reurbanización de un tramo de 500 metros en el que se modificará la sección transversal para poder ampliar las aceras y dotarlas de un ancho mínimo de 2 metros, de forma que se favorezcan los desplazamientos a pie y se asegure la accesibilidad.

Se pretende hacer compatible la humanización de la vía con el mantenimiento del doble sentido de circulación, teniendo en cuenta el poco espacio disponible. Por eso, la ampliación de la plataforma se hará con estructuras de distintos tipos, desde un voladizo a rellenos y muros de contención, demoliendo unas edificaciones que están en ruinas.

Además, para conseguir el calmado de tráfico y la seguridad vial, se instalarán tres pasos de cebra sobreelevados que contarán con iluminación específica y con un sistema inteligente que detecte al peatón en las cercanías y active la señalización.

También se mejorarán las paradas de autobús y se renovará la iluminación de la vía, además del fresado y extendido una nueva capa de firme, la reposición del drenaje y de los servicios afectados y la señalización horizontal y vertical.