El futuro del puente de A Barca, infraestructura que conecta la capital de la provincia con uno de los principales municipios de la comarca, Poio, está pendiente de un posible cambio de titularidad, actualmente autonómica, puesto que es la Xunta de Galicia su responsable. Tal y como ha informado a FARO la Consellería de Infraestruturas e Mobilidade, el gobierno gallego no ha acometido grandes actuaciones en las aceras en esta construcción “a la espera de que ambos concellos y/o la Diputación decidiesen si aceptan la titularidad del puente y cambiar la configuración del tráfico”.
De producirse esta modificación en la propiedad del viaducto, esto supondría un histórico paso, ya que a día de hoy ninguno de los dos concellos, ni Pontevedra ni Poio, pueden realizar grandes cambios sobre él, ni siquiera los relativos a la ordenación del tráfico.
Pero esta variación parece muy lejana todavía, puesto que, entre otras cuestiones, nunca ha habido ningún contacto oficial entre la administración gallega y la provincial. “No ha habido contacto de rango oficial por este tema ni comunicación institucional al respecto”, confirman fuentes de la Diputación de Pontevedra.
“Como concellos no podemos hacer nada enel puente, ni de mantenimiento ni de nada”
Las conversaciones en este sentido, tal y como ha podido saber este periódico, han sido todas de carácter informal y a nivel local y, en todo caso, se interrumpieron a raíz de la pandemia del COVID. En ellas se llegó a mencionar la posibilidad de un traspaso de la titularidad a través de un convenio con la Diputación.
Tanto desde el Concello de Pontevedra como desde el de Poio se destaca que cualquier gran modificación en el puente de A Barca debe ir de la mano de una readaptación del entorno en el nudo a la entrada de San Salvador, en el que confluyen los vehículos que entran y salen tanto del municipio capitalino como del poiense, y que sirve, además, de paso hacia otros de gran peso en la comarca, los de Sanxenxo y O Grove. También urgen a la construcción del vial de O Vao, paralizado desde hace años.
“El problema está realmente en la calle A Barca de Poio, aunque el puente también tiene unas aceras mínimas. Habría que dar una solución global”, considera César Mosquera, concelleiro de Infraestruturas de Pontevedra.
“Nosotros, como concellos, no podemos hacer nada en el puente, mi de mantenimiento ni de nada. Pero para ello es imprescindible que se mejore la calle de A Barca de Poio y se abra el vial de O Vao”, informa.
“Poio no tiene capacidad para asumir la titularidad de una infraestructura tan importante”
Hay que recordar que A Barca también es de titularidad autonómica, ya que discurre por la PO-308, carretera de la Xunta de Galicia, y que el gobierno gallego tiene pendiente la construcción de abrir el vial de O Vao, que supondría una conexión alternativa que permitiría aliviar los flujos de tráfico conectando la carretera de Vilagarcía, PO-531, con la de Campañó, PO-310. De hecho, este proyecto estaba recogido en el Plan de Mobilidade e ordenación Viaria Estratéxico 2010-2015 de la Xunta como una infraestructura prioritaria.
Desde el Concello de Poio, el concelleiro de Urbanismo, Gregorio Agís, lamenta que la inversión de 1,2 millones de euros que se realizó en el puente en 2018 no haya solucionado los principales problemas de la zona, que, coincide con su homólogo pontevedrés, son la redistribución del entorno (circulación, tráfico, accesibilidad...) y la apertura del vial de O Vao, “que es fundamental”. “Se gastaron un millón doscientos mil euros para dejar el puente como estaba”, se lamenta, para añadir que “Poio no tiene capacidad para asumir la titularidad de una infraestructura tan importante”.
Por otro lado, incide en una cuestión que desde el gobierno local les preocupa de forma importante: los suicidios: “Pedimos una intervención que garantice que la gente no se tire del puente. Una malla no es tan complicado”.
Varios precedentes en la transferencia de carreteras
En caso de que se llegase a un acuerdo sobre la transferencia del puente de A Barca, no sería la primera vez que se produciría uno de este tipo entre la Xunta de Galicia y la Diputación de Pontevedra. Ya en diciembre de 2010, siendo presidente del gobierno provincial Rafael Louzán, se firmó un convenio por el que se cedía la titularidad de 14 viales a la Xunta que sumaban entre todos más de 150 kilómetros, aunque solo se materializó en una mínima parte.
Asimismo, a mediados de los 90 también se produjo la cesión de la Diputación a la Xunta del vial de Porráns a Cuntis y, por el contrario, el gobierno autonómico renunció a otro en el sur de la provincia.
Intervención en 2018
La última intervención que se llevó a cabo en el puente de A Barco por parte de la Consellería de Infraestruturas de la Xunta fue en 2018 y consistió en la renovación de la marquesina que protege las aceras, para lo cual se construyó una nueva estructura de madera, con un tratamiento protector especialmente diseñado para evitar la acumulación del agua y con cubierta de aluminio para evitar un rápido deterioro y garantizar una mayor resistencia.
Además, se instaló una nueva iluminación, con proyectores led en puente y carretera.
Aunque el pavimento se alisó y se procedió a pintarlo, en la actualidad ya presenta importantes socavones, sobre todo en la acera más sur, la de salida a la ría, y ya se han escuchado las primeras voces de los vecinos pidiendo su arreglo. Precisamente, desde la Xunta se confirmó que tras el verano se regularizará el firme y se volverá a pintar.
