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Hay ganas de Feira Franca: reservas completas en la hostelería y 172 mesas de particulares en la calle

Los restaurantes pontevedreses ofrecen menús medievales que van desde los 25 hasta los 40 euros de media | Valoran la actividad durante la temporada alta, pero se muestran preocupados por la estacionalidad del sector

Una mesa de Feira Franca en la Alameda en una edición anterior de la fiesta. // GUSTAVO SANTOS

La Feira Franca regresará dentro de dos fines de semana tras el parón de dos años desde que se declaró la pandemia del coronavirus. La edición de 2019 dará un salto en tan solo unos días a la de 2022 en un verano que, tal y como reconocen numerosos hosteleros de Pontevedra, está siendo “muy bueno”. Esta celebración, que congrega cada año a miles de personas, pondrá el broche de oro en el sector a las fiestas veraniegas de la ciudad, las primeras que se han desarrollado en absoluta normalidad desde la irrupción del virus.

Y son precisamente las ganas de la ciudadanía de disfrutar esta cita medieval las que le han llevado a ser previsora y reservar con antelación en los bares y restaurantes que organizan comidas y cenas con motivo de la Feira Franca. Muchos de ellos ya han colgado el cartel de “completo” en las reservas.

Es el caso de El Cafetín, en pleno corazón de la Alameda pontevedresa. Rubén González, chef del restaurante, afirma que los clientes han sido más previsores que nunca conscientes de que esta edición es muy esperada. “Otros años durante las fiestas de A Peregrina todavía no teníamos todo lleno, pero este sí, y pronto empezaron a preguntarnos por el menú que vamos a servir”, explica. “La gente tiene muchas ganas de Feira Franca porque es una fiesta muy importante”.

El menú de El Cafetín es de 40 euros para los adultos e incluye varios entrantes al centro de la mesa y un plato principal de carne: codillo o costilla de cerdo, a elegir y común a todos los comensales. También postres y bebidas, vino incluido.

“Nunca falta la carne. Intentamos hacer un guiño con lo más tradicional y con una elaboración más sencilla de lo habitual, ya que de otro modo no sería posible para grandes cantidades, como vamos a ofrecer”, indica el cocinero.

"La vuelta a la normalidad, que está marcada por el incremento de los precios de las materias primas y los suministros, que no se están repercutiendo en el servicio al cliente"

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Reconoce que está siendo “un verano muy bueno”, pero subraya que lo ideal sería “no vivir de verano en verano”. “El sector necesita más estabilidad, no estar tan marcado por la estacionalidad. Nos preocupan los veranos buenos pero los inviernos inestables. Al final, estamos pendientes de la vuelta a la normalidad, que está marcada por el incremento de los precios de las materias primas y los suministros, que no se están repercutiendo en el servicio al cliente”, resume.

Con las agendas llenas

Esta idea la comparten también desde el asador O Fanal, en el casco histórico, donde celebran que “está siendo un verano bueno en general”. Su agenda también está llena para la Feira Franca, “y este año con mucha más antelación, desde mediados de julio las primeras reservas”.

En esta edición su menú de adultos ofrecerá dos primeros y segundos, con la carne como protagonista en estos últimos: churrasco de cerdo y chorizo criollo y del país. Se incluyen bebida, postre, café y chupito, y todo por 35 euros por persona.

Su capacidad es de diez mesas con diez a quince personas más una grande en la terraza. “Hay ganas de Feira Franca y si otros años llenábamos, este todavía con más razón”, manifiestan desde el restaurante.

Por su parte, en el asador Virgen del Camino todavía ultiman la composición y el precio del que será su menú, que, salvo cambios de última hora, llevará empanada de pulpo, callos, bacalao a la brasa o codillo al horno, con bebida, postre, café y chupitos. Por su ubicación, en el centro de la ciudad, pero no el casco viejo, es una de las opciones favoritas de que aquellos grupos de amigos y familiares eligen para estar algo más liberados de la masificación.

Lo mismo ocurre con otros restaurantes incluso fuera de Pontevedra, como O Remo, en Poio, que también cuenta con reservas para ese fin de semana y aún tiene huecos en su agenda, “aunque nosotros no tenemos menú de Feira Franca, sino que ofrecemos nuestra carta habitual”, informan desde este establecimiento, famoso por su churrasco. En general, por oferta para disfrutar de ese sábado medieval grande en la comarca que no sea.

374 solicitudes para comidas, cenas, veladores y puestos

El ansia de la celebración de la Feira Franca 2022 se traduce también en números, los de las solicitudes que los particulares y negocios de la ciudad han realizado para poder disfrutar de la fiesta en la calle. 

Como cada año, el Concello de Pontevedra permite que las comidas y cenas se celebren en el exterior en las principales calles del casco histórico, pero para ello es necesario contar con autorización previa del gobierno local. El plazo de peticiones se abrió en julio y el listado de solicitudes admitidas fue publicado a finales de ese mes. Finalmente, habrá 172 mesas para comidas y cenas de particulares, 111 veladores de negocios de hostelería y 91 puestos en el mercado medieval. Un total de 374.

Se trata de una elevada demanda por parte de particulares y bares y restaurantes que evidencian que la fiesta regresará con fuerza después de los dos años obligados de parón por la pandemia del COVID.

Aunque la Feira Franca se celebrará dos días, el 2 y el 3 de septiembre, el importante será el sábado, en el que la ciudad de Pontevedra recibe a miles de personas de toda la comarca, otras ciudades de Galicia y numerosos turistas, que llegan atraídos por esta singular celebración.

Este año la temática es el río Lérez y el puente de O Burgo, construcción con un importante papel en la historia pontevedresa. En anteriores ediciones la Feira Franca se centró en los Irmandiños, el mar, la agricultura, las cantigas, el comercio, los juegos populares, la astronomía, la alquimia, la música y las leyendas, entre otros temas.

Una tradición heredada de la Baja Edad Media 

La fiesta de la Feira Franca de Pontevedra representa la recreación del mercado medieval que se celebró por primera vez en la ciudad en el año 1.467. Fue entonces cuando el rey Enrique IV de Castilla le otorgó a la Boa Vila, la principal villa de Galicia, el privilegio de instaurar un mercado libre de impuestos durante un mes de duración, quince días antes y otros quince después del 24 de agosto, festividad de San Bartolomé. De ahí que el epicentro de la fiesta actual sea la Praza da Ferrería.

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